8/09/2019, 18:41
Hanabi estrechó la mano de Datsue alegremente, y rio:
—¿Ves? Ahora puedo estar tranquilo porque sé que vas a esforzarte al máximo. ¡Sí señor! Ahora más vale que apretemos el paso, que tampoco puedo estar fuera de la aldea para siempre, ¿sabes?
El inusual dúo siguió viajando a a través de la Planicie del Silencio honrando a su nombre la mayor parte del tiempo. Hanabi estaba más concentrado en avanzar que en hablar, aunque como ya hemos dicho parecía bastante feliz. La noche ya había entrado de sobra cuando llegaron a Los Herreros, donde el Uzukage volvió a adoptar su particular disfraz, al menos hasta que hubieron cenado y alquilado una habitación simple. Ahí fue cuando volvió a la normalidad, en la soledad, y cuando echó de menos ser el líder de una aldea ninja también.
—Uuugh —gimió—. Esperaba no volver a tener que dormir en un colchón de estos. ¿Tan malos han sido siempre? ¡Es la mejor posada de Los Herreros! —Claro está, Los Herreros no era precisamente un resort turístico, y las posadas de allí sólo servían como respiro para un viajero sediento, hambriento y cansado.
—¿Ves? Ahora puedo estar tranquilo porque sé que vas a esforzarte al máximo. ¡Sí señor! Ahora más vale que apretemos el paso, que tampoco puedo estar fuera de la aldea para siempre, ¿sabes?
El inusual dúo siguió viajando a a través de la Planicie del Silencio honrando a su nombre la mayor parte del tiempo. Hanabi estaba más concentrado en avanzar que en hablar, aunque como ya hemos dicho parecía bastante feliz. La noche ya había entrado de sobra cuando llegaron a Los Herreros, donde el Uzukage volvió a adoptar su particular disfraz, al menos hasta que hubieron cenado y alquilado una habitación simple. Ahí fue cuando volvió a la normalidad, en la soledad, y cuando echó de menos ser el líder de una aldea ninja también.
—Uuugh —gimió—. Esperaba no volver a tener que dormir en un colchón de estos. ¿Tan malos han sido siempre? ¡Es la mejor posada de Los Herreros! —Claro está, Los Herreros no era precisamente un resort turístico, y las posadas de allí sólo servían como respiro para un viajero sediento, hambriento y cansado.