10/09/2019, 18:03
«No sé, Datsue. Igual, si disimulas un poco, quizás algún día consigas todo ese dinero. Pero ahora mismo... creo que la has cagado un poco. ¡JIAJIAJIA!»
Hanabi le observaba a un metro de él. Se había dado la vuelta, y Datsue iba tan ensemismado que se había dado un topetazo contra él. De nuevo el tacto con el Uzukage le había quemado. De hecho, tenía una de las puntas de la abertura de la chaqueta ardiendo.
—Datsue-kun —dijo el Uzukage tranquilo pero firme—. ¿Acabas de llamarme hijo de puta?
Shukaku siseó en su mente, como quien se tapa la cara cuando a alguien le han dado un buen golpe.
«Uhhhhhh... ¡Uuuuuhh!»
En el fondo, se estaba divirtiendo muchísimo. Ya era hora, joder. Cuánto día aburrido. A ver si se le iba un poco la olla y le dejaba poseerle. Así podría sumar uno más a la lista de Uzukages muertos.