12/09/2019, 13:33
«Así que este hijo de puta es el padrino de las Trillizas... Juas, juas, "cría serpientes en tu jardín y espera que sólo muerdan a los vecinos", ¿no era así? Menudo pasmarote.»
Akame no dijo nada de lo que pensaba en ese momento, claro. Aparentemente Money estaba conforme con su ingreso en la banda y él no iba a echarlo a perder tan pronto. Ya tendría tiempo de calar de verdad a aquel traficante, y de ajustarse las cuentas. Por ahora, lo que le había quedado claro era que aquel tipo constituía una piedra angular para Sekiryuu; sin su manejo de las finanzas, la organización no tenía nada. Ni dinero, ni producto. «Así que esa es tu función, Money-san.» Siempre estaba bien tener identificado al punto débil de la familia, pensó Akame. Por si las moscas.
—Pues a mí se me hace, Money, que a estas alumnas tuyas va a haber que darles matarile más pronto que tarde. Y Shikari es nuestra mejor baza para ello, así que espero que no le haya pasado nada inesperado.
El Uchiha hablaba calmo pero muy serio. Ya no tenía humor para bromas de mal gusto. Sobretodo, cuando en un alarde de diplomacia, Money le soltó tan tranquilamente que el trato que Kaido había cerrado con Shenfu Kano hacía rato que era papel mojado. «Me cago en dios, ¿pero y esta gente...?» Sacudió la cabeza ligeramente; ese era un problema para resolver más tarde.
—Sí, la vi exultante, no te jode —replicó el renegado, sin querer no obstante, enzarzarse en una discusión—. ¿Cuánto dijiste que iba a tardar la compra? Creo que si espero cinco minutos más, me voy a caer redondo contra el suelo. Y si eso pasa y me abro la cabeza, vuestra mejor inversión de hoy se va a ir a la mierda.
«A este cabrón si no le hablas en términos financieros, todo le entra por un oído y le sale por otro.»
Akame no dijo nada de lo que pensaba en ese momento, claro. Aparentemente Money estaba conforme con su ingreso en la banda y él no iba a echarlo a perder tan pronto. Ya tendría tiempo de calar de verdad a aquel traficante, y de ajustarse las cuentas. Por ahora, lo que le había quedado claro era que aquel tipo constituía una piedra angular para Sekiryuu; sin su manejo de las finanzas, la organización no tenía nada. Ni dinero, ni producto. «Así que esa es tu función, Money-san.» Siempre estaba bien tener identificado al punto débil de la familia, pensó Akame. Por si las moscas.
—Pues a mí se me hace, Money, que a estas alumnas tuyas va a haber que darles matarile más pronto que tarde. Y Shikari es nuestra mejor baza para ello, así que espero que no le haya pasado nada inesperado.
El Uchiha hablaba calmo pero muy serio. Ya no tenía humor para bromas de mal gusto. Sobretodo, cuando en un alarde de diplomacia, Money le soltó tan tranquilamente que el trato que Kaido había cerrado con Shenfu Kano hacía rato que era papel mojado. «Me cago en dios, ¿pero y esta gente...?» Sacudió la cabeza ligeramente; ese era un problema para resolver más tarde.
—Sí, la vi exultante, no te jode —replicó el renegado, sin querer no obstante, enzarzarse en una discusión—. ¿Cuánto dijiste que iba a tardar la compra? Creo que si espero cinco minutos más, me voy a caer redondo contra el suelo. Y si eso pasa y me abro la cabeza, vuestra mejor inversión de hoy se va a ir a la mierda.
«A este cabrón si no le hablas en términos financieros, todo le entra por un oído y le sale por otro.»