17/09/2019, 10:56
Money soltó una carcajada corta y seca.
—Ay, papi, qué rápido aplendes. Y, pues, la culpa es mía pol sel tan geneloso. Ya me lo decía mi mamá: eles demasiado bueno pa’ lo que te conviene.
Tras atravesar el pasillo, Akame volvió a encontrarse ante ocho entradas. Recordaba que la tercera a la derecha daba a su habitación, pero no tenía ni idea del resto. Money tomó la primera a la izquierda.
Tardaron unos minutos en llegar al final, coronado nuevamente por una enorme puerta de madera de color rojo. Robusta y antigua, con un dragón tallado en la superficie, de idéntica forma a la puerta de Akame. Money tomó el pomo —con forma de garras de dragón— y la abrió, aunque sin pasar adentro.
—Y, pues, algo deberías encoltralte ahí, bhlothel —indicó.
El interior de la habitación era como la suya. Una cama circular en el centro. Una mesita de noche. Varios armarios a la izquierda. Un escritorio con estanterías colgantes a la derecha. A diferencia de la suya, eso sí, aquella tenía más vida. No porque estuviese decorada, pero sí que disponía de más cosas.
Las estanterías, por ejemplo, estaban llenas de libros, tales como: El Poder de los hábitos; Los entresijos de la mente; Psicología ninja; La crisis global que se avecina; La caída de Kirigakure no Sato; Una historia patriótica del Agua; Nutrición: cómo llevar tu cuerpo más allá del límite natural. Y más, muchos más.
En el escritorio había varios pergaminos enrollados y un gran mapa de Oonindo abierto. En una esquina, dos armas yacían en el suelo, apoyadas contra la pared: un kusari fuubo y un dai tsuchi.
Luego estaban los armarios, cerrados.
—Yo de ti no desoldenaría nada, papi. De hecho —hizo evidente con un gesto que su cuerpo no había traspasado el umbral de la entrada, y añadió con una sonrisa:—, yo ni pasalía.
—Ay, papi, qué rápido aplendes. Y, pues, la culpa es mía pol sel tan geneloso. Ya me lo decía mi mamá: eles demasiado bueno pa’ lo que te conviene.
Tras atravesar el pasillo, Akame volvió a encontrarse ante ocho entradas. Recordaba que la tercera a la derecha daba a su habitación, pero no tenía ni idea del resto. Money tomó la primera a la izquierda.
Tardaron unos minutos en llegar al final, coronado nuevamente por una enorme puerta de madera de color rojo. Robusta y antigua, con un dragón tallado en la superficie, de idéntica forma a la puerta de Akame. Money tomó el pomo —con forma de garras de dragón— y la abrió, aunque sin pasar adentro.
—Y, pues, algo deberías encoltralte ahí, bhlothel —indicó.
El interior de la habitación era como la suya. Una cama circular en el centro. Una mesita de noche. Varios armarios a la izquierda. Un escritorio con estanterías colgantes a la derecha. A diferencia de la suya, eso sí, aquella tenía más vida. No porque estuviese decorada, pero sí que disponía de más cosas.
Las estanterías, por ejemplo, estaban llenas de libros, tales como: El Poder de los hábitos; Los entresijos de la mente; Psicología ninja; La crisis global que se avecina; La caída de Kirigakure no Sato; Una historia patriótica del Agua; Nutrición: cómo llevar tu cuerpo más allá del límite natural. Y más, muchos más.
En el escritorio había varios pergaminos enrollados y un gran mapa de Oonindo abierto. En una esquina, dos armas yacían en el suelo, apoyadas contra la pared: un kusari fuubo y un dai tsuchi.
Luego estaban los armarios, cerrados.
—Yo de ti no desoldenaría nada, papi. De hecho —hizo evidente con un gesto que su cuerpo no había traspasado el umbral de la entrada, y añadió con una sonrisa:—, yo ni pasalía.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado