24/09/2019, 18:04
—Oh, no sé si… ¡No me quielas tilal de la lengua blothel! Pelo ya que insistes…
Money observó una última vez a sus alrededores para asegurarse de que no había nadie.
—Fue en Despedida del año 216, ¿viste? Yo no estaba todavía aquí, pelo esta nuestla olganización andaba de guerrillas contra Kurhebi, nuestlo enemigo aquí pa’ hacelse con el control de la melca. Algunos dicen que financiados desde arriba, allá en Kasukami, ¿viste?
Eso decían algunas lenguas. La mayor organización criminal de Kasukami le interesaba tener a un pequeño socio comiendo de su mano —Kurhebi—, y que no una banda independiente y rebelde se hiciese fuerte en Hibakari.
—Ibamos a revental-los, papi. A ellos… y quizá más allá —aseguró, misterioso—. Pelo entonces Zaide nos roba un gran calgamento de almas procedente de los Herreros, y, pues, nos deja en una situación bien jodida. Lo que iba a sel una revolución bien olganizada se queda en chapuza, pol no hablal de las példidas que supuso. ¡Solo cuando llegué yo pudo reveltilse!
No era por echarse flores… pero así había sido.
—Total, que al bueno de nuestlo Ryū le secuestlan a su esposa e hija. Su hija sanguínea, de veldad, no como Muñeca. Kurhebi estaba detrás de esto, claro, y citaba a Ryū, solo, en una clara tlampa y pidiéndole enolme botín.
»Pero ahí que va Ryū. ¿Qué iba a hacel sino? Eran sus dos glandes amoles, ¿viste? Así que cuando ya cayó en la trampa, y ve a su esposa e hija junto a los secuestradores, rodeado… Se da cuenta. —Su voz acababa de bajar a un susurro misterioso—. Se da cuenta que ama demasiado a su esposa y su hija. Se da cuenta que pol ellas, hizo una estupidez. Se da cuenta que…
»Son su mayol debilidad. Y ya sabemos qué hace Ryū con sus debilidades, ¿no? —Sonrió, y se inclinó hacia él para permitirse bajar todavía más la voz—. Así que nuestlo querido Ryū toma una decisión en aquel momento. ¡No te acelques más!, le glitan los enemigos. ¡Un paso más y las matamos! ¡El dinero! ¡El money! Ah, pero Ryū ya ha tomado una decisión. Sigue acelcándose. Y sigue, y sigue, y sigue…
»Hasta que aplasta la cabeza de su esposa con una Dai Tsuchi. Todos quedan palalizados, sin sabel que huevos había pasado. Su hija empieza a lloral. Desconsolada. ¿Pol qué lo has hecho, papi? ¿Pol qué? ¿Pol…? ¡No, pol favor! ¡No me mates! ¡Papi no me mates! ¡Pol favol!
¡Plash! Money golpeó la base de su puño contra la palma de su mano.
—Y Ryū la mata, ante la milada atónita del resto. Fue tan inespelado lo que acababa de ocurril, que Ryū aprovecha el momento pala matal a dos de los más fueltes. Ellos, viste, contaban que tenían el escudo de la familia de Ryū. Pelo ya no lo tenían, y Ryū les mató uno a uno. No con saña. Ni con furia. Simplemente les mató. Desapasionado. Flío como el hielo. Pelo dejó a uno —dijo, levantando un dedo—. Solo a uno, vivo. Pala que contase la historia. Para que narrase lo que allí había pasado. Así fue como me acabé entelando de lo que sucedió. Ryū, viste, nunca habla del tema. Tampoco es que sea el homble más habladol del mundo, claro.
Money observó una última vez a sus alrededores para asegurarse de que no había nadie.
—Fue en Despedida del año 216, ¿viste? Yo no estaba todavía aquí, pelo esta nuestla olganización andaba de guerrillas contra Kurhebi, nuestlo enemigo aquí pa’ hacelse con el control de la melca. Algunos dicen que financiados desde arriba, allá en Kasukami, ¿viste?
Eso decían algunas lenguas. La mayor organización criminal de Kasukami le interesaba tener a un pequeño socio comiendo de su mano —Kurhebi—, y que no una banda independiente y rebelde se hiciese fuerte en Hibakari.
—Ibamos a revental-los, papi. A ellos… y quizá más allá —aseguró, misterioso—. Pelo entonces Zaide nos roba un gran calgamento de almas procedente de los Herreros, y, pues, nos deja en una situación bien jodida. Lo que iba a sel una revolución bien olganizada se queda en chapuza, pol no hablal de las példidas que supuso. ¡Solo cuando llegué yo pudo reveltilse!
No era por echarse flores… pero así había sido.
—Total, que al bueno de nuestlo Ryū le secuestlan a su esposa e hija. Su hija sanguínea, de veldad, no como Muñeca. Kurhebi estaba detrás de esto, claro, y citaba a Ryū, solo, en una clara tlampa y pidiéndole enolme botín.
»Pero ahí que va Ryū. ¿Qué iba a hacel sino? Eran sus dos glandes amoles, ¿viste? Así que cuando ya cayó en la trampa, y ve a su esposa e hija junto a los secuestradores, rodeado… Se da cuenta. —Su voz acababa de bajar a un susurro misterioso—. Se da cuenta que ama demasiado a su esposa y su hija. Se da cuenta que pol ellas, hizo una estupidez. Se da cuenta que…
»Son su mayol debilidad. Y ya sabemos qué hace Ryū con sus debilidades, ¿no? —Sonrió, y se inclinó hacia él para permitirse bajar todavía más la voz—. Así que nuestlo querido Ryū toma una decisión en aquel momento. ¡No te acelques más!, le glitan los enemigos. ¡Un paso más y las matamos! ¡El dinero! ¡El money! Ah, pero Ryū ya ha tomado una decisión. Sigue acelcándose. Y sigue, y sigue, y sigue…
»Hasta que aplasta la cabeza de su esposa con una Dai Tsuchi. Todos quedan palalizados, sin sabel que huevos había pasado. Su hija empieza a lloral. Desconsolada. ¿Pol qué lo has hecho, papi? ¿Pol qué? ¿Pol…? ¡No, pol favor! ¡No me mates! ¡Papi no me mates! ¡Pol favol!
¡Plash! Money golpeó la base de su puño contra la palma de su mano.
—Y Ryū la mata, ante la milada atónita del resto. Fue tan inespelado lo que acababa de ocurril, que Ryū aprovecha el momento pala matal a dos de los más fueltes. Ellos, viste, contaban que tenían el escudo de la familia de Ryū. Pelo ya no lo tenían, y Ryū les mató uno a uno. No con saña. Ni con furia. Simplemente les mató. Desapasionado. Flío como el hielo. Pelo dejó a uno —dijo, levantando un dedo—. Solo a uno, vivo. Pala que contase la historia. Para que narrase lo que allí había pasado. Así fue como me acabé entelando de lo que sucedió. Ryū, viste, nunca habla del tema. Tampoco es que sea el homble más habladol del mundo, claro.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado