24/09/2019, 23:10
Entró casi con asco al que evidentemente resultó ser el cuarto de Naia. Bajo los influjos de su técnica, aquél olor le había parecido el más duce que jamás había entrado por su nariz. Ahora, el recuerdo que evocaba casi le provocaba náuseas. Daruu avanzó revisando la habitación con interés, y dirigió su atención enteramente a un archivero metálico encima del escritorio. Las fichas que allí encontró le helarían la sangre. Toda clase de información sobre él, sobre otros ninjas de Amegakure, Kusagakure, Uzushiogakure. «¿Y cómo te has hecho con todos estos datos, eh, cabrona? Esto pinta peor de lo que parecía. Para recabar todo esto tienen que tener confidentes, ¿cómo si no podrían hacerlo?» Pero Daruu no pudo seguir dándole vueltas a estas nuevas sospechas, pues sus ojos toparon con un fantasma del pasado que él mismo había relegado al fondo de armario de su mente. Su padre. Información sobre su padre.
Daruu tomó el archivo y colocó los dedos en los extremos, lleno de dudas. Por una parte, desde siempre, había sabido que su padre era un traidor, y él no lo consideraba ni siquiera de su familia. No se había preocupado por saber nada de él, porque lo había creído poco fructífero. Pero tenía una picazón en la nuca, una curiosidad imperiosa por saber qué llevó a Danbaku a engañar a su madre con Naia, a engañar a Amegakure con Naia. A conspirar contra Amegakure con Naia.
Pero si era uno de ellas, ¿por qué había un archivo sobre él?
No había archivos sobre Nioka, sobre Shannako.
Daruu tragó saliva y abrió la carpeta.
Siguiendo su intuición, el Kage Bunshin de Daruu se movió serpenteando por los pasillos a través de la penumbra. Sus pasos cada vez eran menos prudentes y más impacientes, y repiquearon contra las losas de piedra y los restos de tierra y barro del subterráneo. Se sentía cerca del objetivo, y eso sólo hacía que el pecho le acelerase como un caballo desbocado.
Y cuando estuvo allí, cuando las sombras envolvían con cariño aquél portón metálico, que sin duda daba al salón que había descrito Shanise, sintió dudas. Sintió miedo. No era lo suficientemente valiente como para llamarlo cautela. Era miedo puro, destilado. Dio un paso atrás, y meditó.
No había recibido ninguna señal todavía de su yo original. Había gastado mucho chakra en el Kage Bunshin no Jutsu, y quizás más allá hubiera trampas. Quizás debía esperar a regenerar un poco. Conocía el camino, y si pasaba el chakra al original... él también lo conocería. Si daba un par de pasos más, quizás no había vuelta atrás. Quizás activaría una trampa y daban la voz de alarma. Pero si había trampas, ¿quién mejor que un Kage Bunshin para recibirlas?
Al final, como con todo, había que tomar una decisión. Y Daruu recurrió a su truco más confiable. Se mordió el dedo pulgar, y dejó una marca de sangre en la pared. Cogió la antorcha más cercana, y se adentró en lo desconocido.
Daruu tomó el archivo y colocó los dedos en los extremos, lleno de dudas. Por una parte, desde siempre, había sabido que su padre era un traidor, y él no lo consideraba ni siquiera de su familia. No se había preocupado por saber nada de él, porque lo había creído poco fructífero. Pero tenía una picazón en la nuca, una curiosidad imperiosa por saber qué llevó a Danbaku a engañar a su madre con Naia, a engañar a Amegakure con Naia. A conspirar contra Amegakure con Naia.
Pero si era uno de ellas, ¿por qué había un archivo sobre él?
No había archivos sobre Nioka, sobre Shannako.
Daruu tragó saliva y abrió la carpeta.
Siguiendo su intuición, el Kage Bunshin de Daruu se movió serpenteando por los pasillos a través de la penumbra. Sus pasos cada vez eran menos prudentes y más impacientes, y repiquearon contra las losas de piedra y los restos de tierra y barro del subterráneo. Se sentía cerca del objetivo, y eso sólo hacía que el pecho le acelerase como un caballo desbocado.
Y cuando estuvo allí, cuando las sombras envolvían con cariño aquél portón metálico, que sin duda daba al salón que había descrito Shanise, sintió dudas. Sintió miedo. No era lo suficientemente valiente como para llamarlo cautela. Era miedo puro, destilado. Dio un paso atrás, y meditó.
No había recibido ninguna señal todavía de su yo original. Había gastado mucho chakra en el Kage Bunshin no Jutsu, y quizás más allá hubiera trampas. Quizás debía esperar a regenerar un poco. Conocía el camino, y si pasaba el chakra al original... él también lo conocería. Si daba un par de pasos más, quizás no había vuelta atrás. Quizás activaría una trampa y daban la voz de alarma. Pero si había trampas, ¿quién mejor que un Kage Bunshin para recibirlas?
Al final, como con todo, había que tomar una decisión. Y Daruu recurrió a su truco más confiable. Se mordió el dedo pulgar, y dejó una marca de sangre en la pared. Cogió la antorcha más cercana, y se adentró en lo desconocido.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)