25/09/2019, 19:31
El archivo estaba lleno de detalles sobre la vida de su padre antes de pertenecer a las Náyades. Hojas y hojas de información que Daruu consideraba totalmente irrelevantes en su vida. Hasta ahora. Leer algunos pasajes era difícil. En especial, algunos en los que Naia destacaba que Danbaku era un hombre fiel, marido y padre modelo con mucho aprecio a su familia, o en los que aseguraba que no sería fácil de seducir. Y sólo era tan doloroso porque era una historia de la que Daruu sabía el final. El muchacho apretaba los dientes, entrecerraba los ojos y se forzaba a seguir leyendo. Sí, Daruu conocía el final de la historia. Pero estaba a punto de descubrir las páginas robadas de las vidas de su madre y de la suya. El clímax antes del fatídico desenlace. El giro que no supieron ver a tiempo.
Daruu tragó saliva y le dio la vuelta a la hoja. Llorando. Las manos le temblaban. Un extraño calor le subió desde lo más profundo de las entrañas, le dio náuseas y le apretó en el pecho. Sujetó con fuerza el documento.
Daruu estampó el documento contra el escritorio.
—¡¡HIJA DE LA GRAN PUTA!! —Hiperventilando, juntó las manos y formuló los sellos Carnero, Mono, Perro, Pájaro, Jabalí...
...y respiró hondo...
«Hija de la gran puta...»
...y separó las manos...
Su padre nunca fue un traidor. Naia le había lavado el cerebro, y le había hecho creer a todo el mundo que sólo le había seducido. Que el hombre había acudido a sus brazos voluntariamente. Y con ello, había obligado a Kiroe a matarle. Y con ello, había partido en dos la vida de Kiroe. Pero Kiroe era fuerte y reconstruyó su vida en torno a la Pastelería, y a su hijo. A su hijo, que ahora resollaba, alterado, viendo que todo el recuerdo de su padre era una mentira. Y su nombre casi queda mancillado por los anales de la historia.
Cogió de nuevo la carpeta y se la guardó en el bolsillo interior de la túnica. Respiró hondo y trató de tranquilizarse —con dificultades— mientras se dirigía a averiguar para qué servía la cuarta habitación. Si había alguien filtrando datos de las aldeas, tenía que impedir que jugaran con la vida de la gente como habían jugado con la de su familia.
«Ayame... mátala... arráncale la puta cabeza... dásela de comer a los perros.»
Lo peor de todo es que Daruu sabía por lo que había pasado su padre. Él lo pasó una sola vez, y fue la sensación más desagradable que había vivido en su vida. A su padre le habían torturado, de forma sádica y asquerosa.
Y por un día, Daruu comprendió la forma de ser de Amekoro Yui.
Si encontraba a alguna de esas putas, se convertiría en el adalid de la destrucción de la más grande de las tormentas.
La puerta chirrió; nadie le había echado aceite en mucho tiempo. Con la antorcha firmemente agarrada en la mano derecha, caminó con cautela recordando cada detalle de lo que les había dicho Shanise. Por eso su reacción fue instintiva y le llenó de adrenalina cuando escuchó un siseo en el pie derecho.
El muchacho saltó hacia adelante y emitió una ráfaga de chakra desde la planta de los pies, impulsándose hacia el interior de la sala. Estaba dispuesto a averiguar si aquél lugar era su objetivo a pesar de que cayese en una trampa. Al fin y al cabo, un Kage Bunshin nunca era el protagonista de su propia historia.
Se procede al secuestro del sujeto. Dos días después, cuando el hambre y la sed han hecho mella en él, se ejecuta el Magen: Neikan Nāiasu. Su fortaleza mental es increíble, hasta ahora no he tratado con alguien como él.
Daruu tragó saliva y le dio la vuelta a la hoja. Llorando. Las manos le temblaban. Un extraño calor le subió desde lo más profundo de las entrañas, le dio náuseas y le apretó en el pecho. Sujetó con fuerza el documento.
Actualizo informe. Tras tres semanas de tratamiento con especial ahínco, el sujeto apenas recuerda su nombre. Está totalmente a mis pies. Un par de técnicas ilusorias, y recordará exactamente lo que queramos que recuerde. Será nuestro. Y con él a mi lado, destruiré de una vez por todas la vida de Amedama Kiroe. Nadie juega con nosotras. Se lo tendrá merecido. Por meterse en medio.
Daruu estampó el documento contra el escritorio.
—¡¡HIJA DE LA GRAN PUTA!! —Hiperventilando, juntó las manos y formuló los sellos Carnero, Mono, Perro, Pájaro, Jabalí...
...y respiró hondo...
«Hija de la gran puta...»
...y separó las manos...
Su padre nunca fue un traidor. Naia le había lavado el cerebro, y le había hecho creer a todo el mundo que sólo le había seducido. Que el hombre había acudido a sus brazos voluntariamente. Y con ello, había obligado a Kiroe a matarle. Y con ello, había partido en dos la vida de Kiroe. Pero Kiroe era fuerte y reconstruyó su vida en torno a la Pastelería, y a su hijo. A su hijo, que ahora resollaba, alterado, viendo que todo el recuerdo de su padre era una mentira. Y su nombre casi queda mancillado por los anales de la historia.
Cogió de nuevo la carpeta y se la guardó en el bolsillo interior de la túnica. Respiró hondo y trató de tranquilizarse —con dificultades— mientras se dirigía a averiguar para qué servía la cuarta habitación. Si había alguien filtrando datos de las aldeas, tenía que impedir que jugaran con la vida de la gente como habían jugado con la de su familia.
«Ayame... mátala... arráncale la puta cabeza... dásela de comer a los perros.»
Lo peor de todo es que Daruu sabía por lo que había pasado su padre. Él lo pasó una sola vez, y fue la sensación más desagradable que había vivido en su vida. A su padre le habían torturado, de forma sádica y asquerosa.
Y por un día, Daruu comprendió la forma de ser de Amekoro Yui.
Si encontraba a alguna de esas putas, se convertiría en el adalid de la destrucción de la más grande de las tormentas.
La puerta chirrió; nadie le había echado aceite en mucho tiempo. Con la antorcha firmemente agarrada en la mano derecha, caminó con cautela recordando cada detalle de lo que les había dicho Shanise. Por eso su reacción fue instintiva y le llenó de adrenalina cuando escuchó un siseo en el pie derecho.
El muchacho saltó hacia adelante y emitió una ráfaga de chakra desde la planta de los pies, impulsándose hacia el interior de la sala. Estaba dispuesto a averiguar si aquél lugar era su objetivo a pesar de que cayese en una trampa. Al fin y al cabo, un Kage Bunshin nunca era el protagonista de su propia historia.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)