28/09/2019, 18:33
(Última modificación: 28/09/2019, 18:42 por Aotsuki Ayame. Editado 4 veces en total.)
Ayame batió sus alas de agua con fuerza, hacia arriba. Varios jirones de humo se enredaron en su cuerpo cuando atravesó la nube de humo, pero no tardaron en desvanecerse, dispersos por el viento. Fue entonces cuando la vio, y no le hizo falta utilizar su ecolocalización para ello. Naia coronaba tan pancha la cima del muro levantado hacía varios minutos, y Ayame no pudo sino chasquear la lengua con irritación al comprobar que no había ni una mínima señal de quemaduras o magulladuras. Su sello explosivo, aquel que tan cuidadosamente había escondido antes del inicio del combate, no había servido absolutamente de nada.
«¿Qué puedo hacer?» Se preguntaba, con el ceño fruncido. Al menos, desde las alturas contaba con que no la alcanzaran los colmillos venenosos de la serpiente. Pero Naia seguía contando con la ventaja del momento. Manejaba el Doton, que era superior al Suiton; manejaba serpientes... ¿Qué más sorpresas podía depararle? Entonces Ayame tomó una decisión y entrelazó las manos en cuatro sellos: Mediría sus fuerzas con su técnica más poderosa de Agua.
—Suiton: Suiryūdan no Jutsu —Masculló entre dientes, llena de rabia y determinación.
Y una especie de rugido se escuchó debajo de Naia, en las aguas de aquel improvisado lago, y un colosal y majestuoso dragón conformado enteramente por aquel líquido y con escamas brillantes como zafiros surgió, alzándose en vuelo con las mandíbulas abiertas de par en par para embestir a la Náyade con toda la furia rugiente del océano.
«¿Qué puedo hacer?» Se preguntaba, con el ceño fruncido. Al menos, desde las alturas contaba con que no la alcanzaran los colmillos venenosos de la serpiente. Pero Naia seguía contando con la ventaja del momento. Manejaba el Doton, que era superior al Suiton; manejaba serpientes... ¿Qué más sorpresas podía depararle? Entonces Ayame tomó una decisión y entrelazó las manos en cuatro sellos: Mediría sus fuerzas con su técnica más poderosa de Agua.
—Suiton: Suiryūdan no Jutsu —Masculló entre dientes, llena de rabia y determinación.
Y una especie de rugido se escuchó debajo de Naia, en las aguas de aquel improvisado lago, y un colosal y majestuoso dragón conformado enteramente por aquel líquido y con escamas brillantes como zafiros surgió, alzándose en vuelo con las mandíbulas abiertas de par en par para embestir a la Náyade con toda la furia rugiente del océano.