30/09/2019, 20:42
Datsue se dio cuenta entonces de que Hanabi tenía algo atado a la espalda, tras el cinturón, atravesado en diagonal. Se trataba de un bo, una de esas armas sin filo. ¿Manejaría el Uzukage con destreza aquella herramienta?
Si Hanabi no se había percatado de su presencia hasta ese momento, no pareció inmutarse. Había oído sus pasos sobre la arena, de hecho. El líder de Uzushiogakure se levantó, y se dio la vuelta, despacio. Su rostro, sonriente, mostraba confianza, determinación y unas tremendas ganas de pelear. La característica onda de presión que indicaba que el chakra de Hanabi se desplegaba sin límites golpeó a Datsue como el puño de un titán, y esta vez, por esta vez, incluso le pareció que sus pies daban un paso atrás, o que quizás la fuerza de ese chakra le había empujado. La arena a los pies de Hanabi reveló un pequeño ascua.
Hanabi flexionó el brazo, levantando la mano a la altura de la barbilla. Cerró todos los dedos, menos el índice y el corazón, que mantuvo en alto. Era un mensaje alto y claro. Era la Voluntad de Fuego de los antiguos Sarutobi de Konohagakure llamando a la puerta de Datsue y exigiendo una respuesta honorable pero firmemente arrojada.
Firmemente intrépida.
Si Hanabi no se había percatado de su presencia hasta ese momento, no pareció inmutarse. Había oído sus pasos sobre la arena, de hecho. El líder de Uzushiogakure se levantó, y se dio la vuelta, despacio. Su rostro, sonriente, mostraba confianza, determinación y unas tremendas ganas de pelear. La característica onda de presión que indicaba que el chakra de Hanabi se desplegaba sin límites golpeó a Datsue como el puño de un titán, y esta vez, por esta vez, incluso le pareció que sus pies daban un paso atrás, o que quizás la fuerza de ese chakra le había empujado. La arena a los pies de Hanabi reveló un pequeño ascua.
Hanabi flexionó el brazo, levantando la mano a la altura de la barbilla. Cerró todos los dedos, menos el índice y el corazón, que mantuvo en alto. Era un mensaje alto y claro. Era la Voluntad de Fuego de los antiguos Sarutobi de Konohagakure llamando a la puerta de Datsue y exigiendo una respuesta honorable pero firmemente arrojada.
Firmemente intrépida.