2/10/2019, 00:57
(Última modificación: 2/10/2019, 01:00 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
El cambio de guardia en las mazmorras hizo evidente una realidad terrorífica. La de que Amekoro Yui había iniciado de nuevo una de sus célebres purgas. Daruu temió, por un instante, que la Arashikage se hubiera atrevido incluso a acabar con todo el clan Nara en Amegakure.
Los carceleros atendieron a sus demandas de inmediato, pero lo que más llamó su atención en esos momentos fue la demacrada, sufrida y desesperada Nioka, que aporreaba los barrotes de su celda solicitándole a Ayame una peculiar clemencia.
Pero no fue Ayame quien le concedió la muerte que buscaba. Fue el filo de una de las Futatsu Mukei de Daruu.
Porque, ¿qué motivación podía tener ya Amekoro Yui para mantenerla con vida, si no era para interrogarla? Había pasado tiempo, y llegado a aquél grado de desesperación la mujer habría cantado ya todo lo posible. Shanise, u otro experto, podría haber roto las defensas de Fuuinjutsu que hubieran presentes, y con Genjutsu podrían haber obtenido toda la información que requiriesen.
No, la motivación tenía que ser, que Amekoro Yui estaba disfrutando de lo lindo haciendo sufrir a esa hija de puta. Y aunque Daruu bien sabía que se merecía todo eso y más, lo importante era capturarla y acabar con el sufrimiento que ella causaba. No deleitarse con la tortura. La tortura jamás debería ser algo que se disfrute. ¿No convertiría eso a ellos en poco más que los mismos monstruos que las Náyades?
—Enloquecida al ver a sus compañeras muertas —habló Daruu, átono como Aotsuki Kori lo habría hecho, retirando el filo de su espada clavada en el cuello de Nioka y replegándola de nuevo—, Nioka sacó el brazo y me agarró. Agotado por el combate contra Shannako, no pude hacer otra cosa para soltarme que matarla. De lo contrario me habría estrangulado con el brazo. —Daruu se dio la vuelta, encarando a Ayame—. Esa será nuestra versión si Yui se molesta. Aunque espero que haga la vista gorda al ver el fruto de nuestro trabajo.
Los carceleros atendieron a sus demandas de inmediato, pero lo que más llamó su atención en esos momentos fue la demacrada, sufrida y desesperada Nioka, que aporreaba los barrotes de su celda solicitándole a Ayame una peculiar clemencia.
Pero no fue Ayame quien le concedió la muerte que buscaba. Fue el filo de una de las Futatsu Mukei de Daruu.
Porque, ¿qué motivación podía tener ya Amekoro Yui para mantenerla con vida, si no era para interrogarla? Había pasado tiempo, y llegado a aquél grado de desesperación la mujer habría cantado ya todo lo posible. Shanise, u otro experto, podría haber roto las defensas de Fuuinjutsu que hubieran presentes, y con Genjutsu podrían haber obtenido toda la información que requiriesen.
No, la motivación tenía que ser, que Amekoro Yui estaba disfrutando de lo lindo haciendo sufrir a esa hija de puta. Y aunque Daruu bien sabía que se merecía todo eso y más, lo importante era capturarla y acabar con el sufrimiento que ella causaba. No deleitarse con la tortura. La tortura jamás debería ser algo que se disfrute. ¿No convertiría eso a ellos en poco más que los mismos monstruos que las Náyades?
—Enloquecida al ver a sus compañeras muertas —habló Daruu, átono como Aotsuki Kori lo habría hecho, retirando el filo de su espada clavada en el cuello de Nioka y replegándola de nuevo—, Nioka sacó el brazo y me agarró. Agotado por el combate contra Shannako, no pude hacer otra cosa para soltarme que matarla. De lo contrario me habría estrangulado con el brazo. —Daruu se dio la vuelta, encarando a Ayame—. Esa será nuestra versión si Yui se molesta. Aunque espero que haga la vista gorda al ver el fruto de nuestro trabajo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)