8/10/2019, 13:33
(Última modificación: 8/10/2019, 13:33 por Amedama Daruu.)
—¡PEDAZO DE CABRÓN ESTÚPIDO! —le devolvió, mas su suspiro de alivio fue tan sonoro que pareciese que la preocupación por Daruu le hubiese puesto más tenso que todos los kilos que llevaba encima—. ¡Por un momento pensé que te habían quitado otra vez los ojos, joder! ¿¡A cuento de qué vas con vendas!? ¡Putas bromas las vuestras, de verdad! —exclamó, sin poder olvidarse todavía la que le había hecho Ayame, tiempo atrás.
Daruu parpadeó, incrédulo. Por cierto, fue una acción que le dolió más de lo que debería.
—¡Pero SUBNORMAL! —exclamó indignado—. ¿¡Qué broma ni qué broma, gilipollas!? ¡Que me operaron hace menos de diez días! ¡Esto tiene un período de rehabilitación jodido, tonto el culo!
Datsue y él mantuvieron un intenso duelo de miradas, ambos con cara de pocos amigos. Acercándose cada vez más. Cada vez más a punto de iniciar un duelo allí, en Hokutomori, donde estaba prohibido siquiera pelear.
—Ah, ¡sabía que lo conseguirías, capullo! —exclamó entonces Datsue, alegre, tratando de rodearle con los brazos. Daruu dio dos pasos largos atrás, zafándose de aquellos sudorosos músculos de bestia parda—. Bueno… Bueno, bueno, bueno. ¡Quiero detalles! ¡Quiero que os recreáis! ¿Cómo fue la caza?
—P... P... ¿Podrías ponerte algo encima primero?
Y como si Daruu le estuviese leyendo la mente a Ayame, formuló un sello de una mano y le escupió a Datsue un ridículo manguerazo de agua. Un Mizurappa sin presión. Un refresco para limpiarlo.
—¡Lo siento, tío, es que dabas un poco de cosica! —dijo—. ¡Y en todo caso debería haberte echado la bronca yo por decirnos ADIÓS, así con todas las letras, y luego no contestarnos a nada! ¡Qué coño te pasa!
Daruu parpadeó, incrédulo. Por cierto, fue una acción que le dolió más de lo que debería.
—¡Pero SUBNORMAL! —exclamó indignado—. ¿¡Qué broma ni qué broma, gilipollas!? ¡Que me operaron hace menos de diez días! ¡Esto tiene un período de rehabilitación jodido, tonto el culo!
Datsue y él mantuvieron un intenso duelo de miradas, ambos con cara de pocos amigos. Acercándose cada vez más. Cada vez más a punto de iniciar un duelo allí, en Hokutomori, donde estaba prohibido siquiera pelear.
—Ah, ¡sabía que lo conseguirías, capullo! —exclamó entonces Datsue, alegre, tratando de rodearle con los brazos. Daruu dio dos pasos largos atrás, zafándose de aquellos sudorosos músculos de bestia parda—. Bueno… Bueno, bueno, bueno. ¡Quiero detalles! ¡Quiero que os recreáis! ¿Cómo fue la caza?
—P... P... ¿Podrías ponerte algo encima primero?
Y como si Daruu le estuviese leyendo la mente a Ayame, formuló un sello de una mano y le escupió a Datsue un ridículo manguerazo de agua. Un Mizurappa sin presión. Un refresco para limpiarlo.
—¡Lo siento, tío, es que dabas un poco de cosica! —dijo—. ¡Y en todo caso debería haberte echado la bronca yo por decirnos ADIÓS, así con todas las letras, y luego no contestarnos a nada! ¡Qué coño te pasa!
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)