14/10/2019, 12:23
(Última modificación: 14/10/2019, 16:39 por Himura Ren. Editado 3 veces en total.)
— No sabrias distinguir lo bueno de lo malo ni aunque lo tuvieras delante — dijó Ren dirigiendole la mirada a Nanashi para hacerle una burla.
— La niña tiene razón; es una satira a la sociedad moderna — extendió su mano izquierda para coger otra mandarina de la cesta.
— ¡Eso eso! ¡Diselo bien claro!
— Pero bueno, os quereis callar. Encima que estaís en mi casa de gorrones. Sobretodo tú, Oda. Que sabías que hoy no pensaba abrir y te has acoplado por la puta cara — Nanashi se reincorporó, manteniendose todavia sentado y dentro del kotatsu.
— Esa lengua, es todavia horario infantil.
La uña del dedo meñique izquierdo de Oda, era algo mas alargada que el resto, pero mostraba una apariencia de dureza. La clavó sobre la piel del fruto para comenzar a retirar la piel con sumo cuidado. Nanashi por su parte, se recosto encima de la tabla de madera del kotatsu.
— Oye, Ren; ve a por algo de dulce, como unos pasteles. Tanta mandarina me esta saturando —
— ¿Qué? ¿Y por qué yo? Ve tu, o que vaya el tío Oda.
— Ejem... Por mucho que me hagas la pelota, eso no va a suceder. Ademas; soy un hombre mayor, esta humedad haría que me empeorara el reuma — añadió llevandose una taza de té a la boca.
— ¿¿¿¿¿¿Reuma?????? ¡¡Si eres casi el mas ágil de los tres!! — respondieron al unisono Nanashi y Ren, a lo que el caballero de pelo canoso rebatió desviando la mirada de forma incomoda.
— Bah, si no voy yo esta claro que ninguno de los dos va a mover un dedo. Pero a cambio me compro dos solo para mí.
— La niña tiene razón; es una satira a la sociedad moderna — extendió su mano izquierda para coger otra mandarina de la cesta.
— ¡Eso eso! ¡Diselo bien claro!
— Pero bueno, os quereis callar. Encima que estaís en mi casa de gorrones. Sobretodo tú, Oda. Que sabías que hoy no pensaba abrir y te has acoplado por la puta cara — Nanashi se reincorporó, manteniendose todavia sentado y dentro del kotatsu.
— Esa lengua, es todavia horario infantil.
La uña del dedo meñique izquierdo de Oda, era algo mas alargada que el resto, pero mostraba una apariencia de dureza. La clavó sobre la piel del fruto para comenzar a retirar la piel con sumo cuidado. Nanashi por su parte, se recosto encima de la tabla de madera del kotatsu.
— Oye, Ren; ve a por algo de dulce, como unos pasteles. Tanta mandarina me esta saturando —
— ¿Qué? ¿Y por qué yo? Ve tu, o que vaya el tío Oda.
— Ejem... Por mucho que me hagas la pelota, eso no va a suceder. Ademas; soy un hombre mayor, esta humedad haría que me empeorara el reuma — añadió llevandose una taza de té a la boca.
— ¿¿¿¿¿¿Reuma?????? ¡¡Si eres casi el mas ágil de los tres!! — respondieron al unisono Nanashi y Ren, a lo que el caballero de pelo canoso rebatió desviando la mirada de forma incomoda.
— Bah, si no voy yo esta claro que ninguno de los dos va a mover un dedo. Pero a cambio me compro dos solo para mí.