22/10/2019, 15:30
—Sí, sí. La guardaré bien. Junto a las ganzúas. Ya sabes —le guiñó un ojo y rio—. Nah, es coña, es coña.
Daruu se había quedado con la cara pálida. Incluso si nunca aparecía exactamente en el sitio donde estaba la marca —sólo servía para ayudar a visualizar el lugar y para dirigir el cuerpo hacia aquél punto aproximado del espacio—, la horrible idea de aparecerse en los calzoncillos de Datsue le pareció un horror.
Ayame se acercó y le dio también su peculiar pieza de shogi. Y entonces Datsue se dio cuenta... de que ella también podía usar el Chishio Kuchiyose.
—Ehmm… Noooooo. —Su mente tratando de conectar las ideas—. Pero, Ayame. ¿Por qué me das un…? ¡Nooo! ¡¡NNOOOOO!!
Se echó contra la mesa de piedra y se tambaleó tumbado como una tortuga, enrabietado como un niño pequeño mientras Daruu, honestamente, se echaba unas buenas risas.
—¡No, no, no! ¡No me digas que…! ¡Tú también puedes teletransportarte! —exclamó, incrédulo—. ¡Vamos, no me jodáis!
—¡No me digas que no te lo había dicho! Daruu y yo hicimos un intercambio de técnicas. Cosas de parejas, ya sabes —se burló Ayame, socarrona.
Daruu se encogió de hombros.
—Tú haces cosas que jamás soñaría poder hacer —dijo Daruu, conciliador—. Como volver del otro barrio, por ejemplo.
Daruu se había quedado con la cara pálida. Incluso si nunca aparecía exactamente en el sitio donde estaba la marca —sólo servía para ayudar a visualizar el lugar y para dirigir el cuerpo hacia aquél punto aproximado del espacio—, la horrible idea de aparecerse en los calzoncillos de Datsue le pareció un horror.
Ayame se acercó y le dio también su peculiar pieza de shogi. Y entonces Datsue se dio cuenta... de que ella también podía usar el Chishio Kuchiyose.
—Ehmm… Noooooo. —Su mente tratando de conectar las ideas—. Pero, Ayame. ¿Por qué me das un…? ¡Nooo! ¡¡NNOOOOO!!
Se echó contra la mesa de piedra y se tambaleó tumbado como una tortuga, enrabietado como un niño pequeño mientras Daruu, honestamente, se echaba unas buenas risas.
—¡No, no, no! ¡No me digas que…! ¡Tú también puedes teletransportarte! —exclamó, incrédulo—. ¡Vamos, no me jodáis!
—¡No me digas que no te lo había dicho! Daruu y yo hicimos un intercambio de técnicas. Cosas de parejas, ya sabes —se burló Ayame, socarrona.
Daruu se encogió de hombros.
—Tú haces cosas que jamás soñaría poder hacer —dijo Daruu, conciliador—. Como volver del otro barrio, por ejemplo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)