22/10/2019, 22:30
(Última modificación: 22/10/2019, 22:39 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Tú haces cosas que jamás soñaría poder hacer —dijo Daruu junto a Ayame, con un tono de voz conciliador. Después de echarse unas buenas risas costa del Uchiha, por supuesto—. Como volver del otro barrio, por ejemplo.
La sonrisa socarrona se borró instantáneamente del rostro de la kunoichi, que se volvió extrañada hacia Daruu y alternó la mirada con Datsue. ¿Había oído bien? ¿Había dicho que era capaz de volver de entre los muertos?
—Hmm… —farfulló el Uchiha, nada contento—. A ver, si yo me alegro. Ahora un General lo tendrá jodido para pillarte, Ayame...
«Si es que son capaces de alcanzarme.» Completó ella para sus adentros. Después de todo, había estado entrenando muy duro para mejorar aún más uno de sus puntos fuertes para que no volvieran a cazarla. Ni los Generales, ni nadie.
—Y si yo un día necesito ayuda… —siguió hablando Datsue—. Oye, no sé si os lo dije, pero tengo un sello comunicador con Juro. Pero claro, de poco sirve que me avise si estoy a kilómetros de distancia… Sería conveniente que le dieseis uno de estos a él también. Y así los Tres Grandes Jinchuurikis estarán unidos de verdad.
Ayame parpadeó ligeramente y miró a Daruu. Sólo al cabo de varios (y largos segundos) se dio cuenta de a lo que se estaba refiriendo el Uchiha.
—¡Ah! Sí, sí, por supuesto —se apresuró a responder, tratando de disimular su distracción—. Le daré una ficha si le veo, aunque lo cierto es que hasta el momento no me he cruzado demasiadas veces con él. De hecho, la última vez que le vi... O, mejor dicho, que le vio Kokuō, estaba contigo —añadió, repentinamente sombría.
La sonrisa socarrona se borró instantáneamente del rostro de la kunoichi, que se volvió extrañada hacia Daruu y alternó la mirada con Datsue. ¿Había oído bien? ¿Había dicho que era capaz de volver de entre los muertos?
—Hmm… —farfulló el Uchiha, nada contento—. A ver, si yo me alegro. Ahora un General lo tendrá jodido para pillarte, Ayame...
«Si es que son capaces de alcanzarme.» Completó ella para sus adentros. Después de todo, había estado entrenando muy duro para mejorar aún más uno de sus puntos fuertes para que no volvieran a cazarla. Ni los Generales, ni nadie.
—Y si yo un día necesito ayuda… —siguió hablando Datsue—. Oye, no sé si os lo dije, pero tengo un sello comunicador con Juro. Pero claro, de poco sirve que me avise si estoy a kilómetros de distancia… Sería conveniente que le dieseis uno de estos a él también. Y así los Tres Grandes Jinchuurikis estarán unidos de verdad.
Ayame parpadeó ligeramente y miró a Daruu. Sólo al cabo de varios (y largos segundos) se dio cuenta de a lo que se estaba refiriendo el Uchiha.
—¡Ah! Sí, sí, por supuesto —se apresuró a responder, tratando de disimular su distracción—. Le daré una ficha si le veo, aunque lo cierto es que hasta el momento no me he cruzado demasiadas veces con él. De hecho, la última vez que le vi... O, mejor dicho, que le vio Kokuō, estaba contigo —añadió, repentinamente sombría.