22/10/2019, 22:38
—Con permiso. —Se trataba de una chica algo más joven que ellos, de cabellos oscuros como el ébano y ojos brillantes y azules—. Buenas, queria.... —comenzó a decir, pero las palabras murieron en sus labios cuando sus ojos se fijaron en Ayame, y después en Daruu. Se llevó una mano al mentón, pensativa, y la frase quedó pendiente en el aire.
«¿Qué le pasa?» Se preguntó Ayame, ladeando la cabeza hasta que uno de sus tirabuzones resbaló por sus hombros.
Daruu, que se había cruzado de brazos, fue el primero en romper el hielo:
—Hooooolaaaaaa —canturreó, agitando la mano en el aire—. Amedama Daruu al otro lado del intercomunicador. ¡Llamando a base, llamando a base! ¿Hay alguien ahí?
«¿Qué le pasa?» Se preguntó Ayame, ladeando la cabeza hasta que uno de sus tirabuzones resbaló por sus hombros.
Daruu, que se había cruzado de brazos, fue el primero en romper el hielo:
—Hooooolaaaaaa —canturreó, agitando la mano en el aire—. Amedama Daruu al otro lado del intercomunicador. ¡Llamando a base, llamando a base! ¿Hay alguien ahí?