8/11/2019, 13:37
(Última modificación: 11/11/2019, 19:53 por Uchiha Datsue. Editado 3 veces en total.)
Cuando escuchó a Hanabi, Datsue apenas tuvo tiempo a reaccionar. Unos ojos centelleando a su espalda, un sello, un brazo retraído hacia atrás para coger impulso, y un puñetazo revestido de roca que reventó una de las semicúpulas de tierra que amenazaba con atraparle. Él no veía a su oponente, y eso era una putada; pero eso implicaba que Bakudan tampoco lo veía a él, y eso tenía que convertirlo en un puto suicidio.
Se llevó la mano al portaobjetos y lanzó un shuriken con efecto. Pasó como un arco por encima del gran muro de tierra y descendió con un sello explosivo colgando de un hilo. «Tres, dos…»
Serpiente.
El sello explosivo detonaría al otro lado del muro, haciendo trizas todo lo que se encontrase a tres metros a la redonda. Al final, su Doton sí había servido para protegerle. ¿Habría dado contra el objetivo? No lo sabía, pero no podía arriesgarse. Formó otro Kage Bunshin de manera inmediata, y el clon empezó a caer mientras su cuerpo se volvía todavía más bestial. Más… Shukaku.
Mientras tanto, Datsue, el real, retrocedió en el aire, acercándose a su otro clon y Hanabi. Allí, el Uzukage observó que su pupilo hizo algo que podía considerarse una acción oculta.
—Gran nivel de Doton, tanto o más chakra que usted en plenitud, y con la habilidad de crear explosiones blandiendo su hacha —dijo del tirón, informando a Hanabi lo mejor que pudo del rival al que se enfrentaban, y sin despegar la vista del campo de batalla.
O, mejor dicho, de su tercer clon. Ese que seguía cayendo en el aire y en cuya boca se acumulaba una enorme bola de energía. Iba a gastar una cantidad importante de chakra, pero si acertaba, merecería la pena. Porque sí, por una vez, sería él quien invocase la bijuudama. De manera consciente, calculada y totalmente medida. Lo suficiente para reventar una playa entera. Lo justo para no destrozar Oonindo.
Su tercer clon rio de puro éxtasis justo antes de soltar la hecatombe.
—¡¡¡JIAAAAJIAJIAJIAJIA!!!
Y…
¡¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMMMMMMMMMMMMM!!!
¿A Bakudan le gustaban las explosiones? Pues aquella era terrorífica. El láser impactó contra el muro debilitado y, al chocar, reventó en una gigantesca explosión hacia adelante. Devorándolo todo. La pared, la playa, el mismísimo mar, y hasta al mínimo insecto que hubiese al otro lado.
Era el poder de Shukaku en su máximo esplendor.
Era el poder de un Dios.
Se llevó la mano al portaobjetos y lanzó un shuriken con efecto. Pasó como un arco por encima del gran muro de tierra y descendió con un sello explosivo colgando de un hilo. «Tres, dos…»
Serpiente.
¡¡¡BOOOOMMMMM!!!
El sello explosivo detonaría al otro lado del muro, haciendo trizas todo lo que se encontrase a tres metros a la redonda. Al final, su Doton sí había servido para protegerle. ¿Habría dado contra el objetivo? No lo sabía, pero no podía arriesgarse. Formó otro Kage Bunshin de manera inmediata, y el clon empezó a caer mientras su cuerpo se volvía todavía más bestial. Más… Shukaku.
Mientras tanto, Datsue, el real, retrocedió en el aire, acercándose a su otro clon y Hanabi. Allí, el Uzukage observó que su pupilo hizo algo que podía considerarse una acción oculta.
—Gran nivel de Doton, tanto o más chakra que usted en plenitud, y con la habilidad de crear explosiones blandiendo su hacha —dijo del tirón, informando a Hanabi lo mejor que pudo del rival al que se enfrentaban, y sin despegar la vista del campo de batalla.
O, mejor dicho, de su tercer clon. Ese que seguía cayendo en el aire y en cuya boca se acumulaba una enorme bola de energía. Iba a gastar una cantidad importante de chakra, pero si acertaba, merecería la pena. Porque sí, por una vez, sería él quien invocase la bijuudama. De manera consciente, calculada y totalmente medida. Lo suficiente para reventar una playa entera. Lo justo para no destrozar Oonindo.
Su tercer clon rio de puro éxtasis justo antes de soltar la hecatombe.
—¡¡¡JIAAAAJIAJIAJIAJIA!!!
Y…
¡¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMMMMMMMMMMMMM!!!
¿A Bakudan le gustaban las explosiones? Pues aquella era terrorífica. El láser impactó contra el muro debilitado y, al chocar, reventó en una gigantesca explosión hacia adelante. Devorándolo todo. La pared, la playa, el mismísimo mar, y hasta al mínimo insecto que hubiese al otro lado.
Era el poder de Shukaku en su máximo esplendor.
Era el poder de un Dios.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado