16/11/2019, 17:31
Pero la felicidad que estaba teniendo por aquellos dulces, se vio frustrada en tan solo un instante.
El caos se apodero del local en forma de un animal peludo; era de un color pardo y con grandes colmillos en los laterales de su boca. Sus pezuñas embarradas de la tierra y la lluvia, ensuciarón en tan solo un instante todo lo que no habia derribado, y aquellas losas que no habia destrozado. Del ruido y la confusión, que Ren cayó acto seguido de la silla al suelo hacia dentro del local, arrastrando por error el plato de la tarta, precipitandose esta encima suya, y la copa cayendo al suelo para unirse al resto de cristales rotos.
—¡P...! ¡¿PERO DE DÓNDE HA SALIDO ESE ANIMAL?! —exclamó Ayame, levantándose de golpe—. ¿Estás bien? —le preguntó a Ren, pero antes siquiera de recibir una respuesta se volvió hacia Daruu—. ¡Tenemos que detenerlo, podría herir a alguien!
— Y-Yo... Si... E-Estoy bien... Pero los dulces... — dijo observando lo que quedaba de sus dulces.
El joven sobre el que caia la responsabilidad actual de la tienda, se vio envuelto en una furia cegadora. Venas y arterias se marcarón en los laterales del rostro de Daruu, al igual que mostraba sus dientes por la ira. Este no dudo un instante en salir en busca del gorrino, que habia desaparecido de la misma forma que habia manifestado.
—¡PUTO BICHO ASQUEROSO, NADIE LE HACE ESTO A LA CAFETERÍA DE MAMÁ! —Gritó. Cayó a la acera dando una voltereta. Se recompuso, y se lanzó a la carrera persiguiendo al puerco—. ¡Ven aquí, hijo de la gran putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!
Apoyandose en la barra, intento recuperar algo la compostura, y se dirigió a la que parecia que seria una nueva compañera de aventuras.
— ¿Q-Que hacemos? ¡¿Le seguimos?! ¡N-No podemos dejarle solo!
Pues claro que podian dejarle solo, era un ninja de elite contra un cerdo.
El caos se apodero del local en forma de un animal peludo; era de un color pardo y con grandes colmillos en los laterales de su boca. Sus pezuñas embarradas de la tierra y la lluvia, ensuciarón en tan solo un instante todo lo que no habia derribado, y aquellas losas que no habia destrozado. Del ruido y la confusión, que Ren cayó acto seguido de la silla al suelo hacia dentro del local, arrastrando por error el plato de la tarta, precipitandose esta encima suya, y la copa cayendo al suelo para unirse al resto de cristales rotos.
—¡P...! ¡¿PERO DE DÓNDE HA SALIDO ESE ANIMAL?! —exclamó Ayame, levantándose de golpe—. ¿Estás bien? —le preguntó a Ren, pero antes siquiera de recibir una respuesta se volvió hacia Daruu—. ¡Tenemos que detenerlo, podría herir a alguien!
— Y-Yo... Si... E-Estoy bien... Pero los dulces... — dijo observando lo que quedaba de sus dulces.
El joven sobre el que caia la responsabilidad actual de la tienda, se vio envuelto en una furia cegadora. Venas y arterias se marcarón en los laterales del rostro de Daruu, al igual que mostraba sus dientes por la ira. Este no dudo un instante en salir en busca del gorrino, que habia desaparecido de la misma forma que habia manifestado.
—¡PUTO BICHO ASQUEROSO, NADIE LE HACE ESTO A LA CAFETERÍA DE MAMÁ! —Gritó. Cayó a la acera dando una voltereta. Se recompuso, y se lanzó a la carrera persiguiendo al puerco—. ¡Ven aquí, hijo de la gran putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!
Apoyandose en la barra, intento recuperar algo la compostura, y se dirigió a la que parecia que seria una nueva compañera de aventuras.
— ¿Q-Que hacemos? ¡¿Le seguimos?! ¡N-No podemos dejarle solo!
Pues claro que podian dejarle solo, era un ninja de elite contra un cerdo.