23/11/2019, 16:33
—¿Llueve Nueve? —contestó una voz femenina a muchos kilómetros de allí—. Disculpa, pero... no tenemos ninguna que se llame así.
Pudo oírse un súbito ruido plastificado. Como el de una lámina doblándose y luego cayendo al suelo.
—¡La... la nueve! —La voz de Daruu sonaba nerviosa—. He dicho... lo que he dicho es que la nueve. Gracias.
La voz femenina carraspeó.
—De... de acuerdo. La número nueve, la de gambas y atún. ¡Vale, gracias! ¡Ahora se la traigo...!
—¡Espere, no! Mierda, no me oye. ¡Datsue, hijo de puta! ¡Me has jodido la pizza, coño! ¿Qué pasa?
Pudo oírse un súbito ruido plastificado. Como el de una lámina doblándose y luego cayendo al suelo.
—¡La... la nueve! —La voz de Daruu sonaba nerviosa—. He dicho... lo que he dicho es que la nueve. Gracias.
La voz femenina carraspeó.
—De... de acuerdo. La número nueve, la de gambas y atún. ¡Vale, gracias! ¡Ahora se la traigo...!
—¡Espere, no! Mierda, no me oye. ¡Datsue, hijo de puta! ¡Me has jodido la pizza, coño! ¿Qué pasa?