23/12/2019, 17:30
Yuuna hizo descender su mirada a los pies de los dos ninjas del Remolino mientras su fiel samurái se mantenía al margen. Suspiró, exhalando una nube de vaho que rompió el silencio y camufló sus lágrimas.
—Siempre hemos solucionado nuestros asuntos internos por nosotros mismos, pero creo que este es un trabajo más apropiado para un shinobi —dijo—. Por desgracia, con vosotros dos no será suficiente, y no quiero poneros en peligro. —La chica clavó los ojos en Katsudon.
»Acogedme en Uzushiogakure, por favor. Quiero solicitar ayuda formalmente a Sarutobi Hanabi.
—Siempre hemos solucionado nuestros asuntos internos por nosotros mismos, pero creo que este es un trabajo más apropiado para un shinobi —dijo—. Por desgracia, con vosotros dos no será suficiente, y no quiero poneros en peligro. —La chica clavó los ojos en Katsudon.
»Acogedme en Uzushiogakure, por favor. Quiero solicitar ayuda formalmente a Sarutobi Hanabi.
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