4/01/2020, 13:23
Tras unos minutos que se acabaron haciendo eternos debido a la gravedad de la situación, divisaron en la distancia a otro gran porcino. Este de proporciones descomunales, con grandes colmillos largos como sables.
—¡No, no, no, NO! —gritó con desesperación la improvisada montura de la que iba colgada Ren, zarandeandola todavía mas.
Ren apoyo entonces un brazo sobre la cabeza de este, doblándose y alzándose un poco para observar la situación; solo para darse cuenta de aquel cerdo salvaje se arrojo contra el propio suelo, generando un gran seísmo que comenzó a resquebrajar la tierra hacia su contrincante. Esto obligo a detener el paso de los dos y el "peso muerto" en seco.
—¡Parad! ¡Parad! ¡PARAD!
Soltó sin mas pensamiento a Ren, que cayó bruscamente contra el suelo para reanudar al instante la marcha otra vez directo hacia el jabalí y el zagal que hacia de contrincante. Intentó recuperar el equilibrio, pero otro gran estruendo la tiro de culo al suelo, el gran puerco había vuelto a estremecer la tierra en una densa nube de polvo.
— ¡A este paso alguien mas acabara herido! ¡¿No deberías tener algún tipo de control sobre lo que has invocado?! ¡Yo que se, al menos unas ordenes básicas como para que se siente o te de la patita! — vocifero indignada a su antiguo jamelgo que se precipitaba al conflicto mientras se levantaba por tercera vez consecutiva, llevándose la mano derecha a su única arma.
—¡No, no, no, NO! —gritó con desesperación la improvisada montura de la que iba colgada Ren, zarandeandola todavía mas.
Ren apoyo entonces un brazo sobre la cabeza de este, doblándose y alzándose un poco para observar la situación; solo para darse cuenta de aquel cerdo salvaje se arrojo contra el propio suelo, generando un gran seísmo que comenzó a resquebrajar la tierra hacia su contrincante. Esto obligo a detener el paso de los dos y el "peso muerto" en seco.
—¡Parad! ¡Parad! ¡PARAD!
Soltó sin mas pensamiento a Ren, que cayó bruscamente contra el suelo para reanudar al instante la marcha otra vez directo hacia el jabalí y el zagal que hacia de contrincante. Intentó recuperar el equilibrio, pero otro gran estruendo la tiro de culo al suelo, el gran puerco había vuelto a estremecer la tierra en una densa nube de polvo.
— ¡A este paso alguien mas acabara herido! ¡¿No deberías tener algún tipo de control sobre lo que has invocado?! ¡Yo que se, al menos unas ordenes básicas como para que se siente o te de la patita! — vocifero indignada a su antiguo jamelgo que se precipitaba al conflicto mientras se levantaba por tercera vez consecutiva, llevándose la mano derecha a su única arma.