14/01/2020, 10:34
(Última modificación: 14/01/2020, 10:34 por Aotsuki Ayame.)
—En una cosa estás en lo cierto, Ayame —respondió Datsue, desviando la mirada hacia Hanabi—. Hanabi es el ninja más poderoso de Uzushiogakure no Sato. Y permitidme deciros, sin fuerzas ni ganas de entrar en ningún debate, que de Oonindo también.
—Mientras lo tengamos a nuestro lado contra los Generales y contra Dragón Rojo, a mí me vale —fue todo lo que dijo Daruu al respecto.
Y ya estaba. Sin contraargumentos sobre quién era mejor Kage, sin réplicas a la verdad formulada por el Uchiha, nada. No hubo nada más. Ayame parpadeó varias veces, genuinamente sorprendida y sus ojos se volvieron hacia el cuerpo inerte de Sarutobi Hanabi. Ayame no había tenido ninguna oportunidad de hablar cara a cara con él, pero después de lo ocurrido en el examen de Chunin, aquel hombre se había ganado el profundo respeto de la muchacha. Casi tanto como si fuera su propio líder. Pero... ¿entonces iba en serio? ¿De verdad Datsue había vencido con sus propias manos al mismísimo Uzukage? ¿De verdad era posible vencer a un Kage?
No debería extrañarle tanto, supuso. Ella misma había visto de lo que era capaz el Uchiha: desde todas aquellas infantiles triquiñuelas con las técnicas de sellado hasta aquel gigante de chakra capaz de aplastar montañas... ¿Y no había mencionado que le habían recomendado para Kage en Uzushiogakure?
De repente, algo hizo click en su cabeza, y Ayame palideció súbitamente.
—Esto... acabo de recordar... que se me olvidó colocar una marca en casa antes de venir aquí... —balbuceó, llena de terror—. Y la única que tengo en Amegakure está en las celdas de Yui...
Y lo último que se le ocurría como definición de buena idea era aparecer de la nada entre aquellos barrotes.
—Mientras lo tengamos a nuestro lado contra los Generales y contra Dragón Rojo, a mí me vale —fue todo lo que dijo Daruu al respecto.
Y ya estaba. Sin contraargumentos sobre quién era mejor Kage, sin réplicas a la verdad formulada por el Uchiha, nada. No hubo nada más. Ayame parpadeó varias veces, genuinamente sorprendida y sus ojos se volvieron hacia el cuerpo inerte de Sarutobi Hanabi. Ayame no había tenido ninguna oportunidad de hablar cara a cara con él, pero después de lo ocurrido en el examen de Chunin, aquel hombre se había ganado el profundo respeto de la muchacha. Casi tanto como si fuera su propio líder. Pero... ¿entonces iba en serio? ¿De verdad Datsue había vencido con sus propias manos al mismísimo Uzukage? ¿De verdad era posible vencer a un Kage?
No debería extrañarle tanto, supuso. Ella misma había visto de lo que era capaz el Uchiha: desde todas aquellas infantiles triquiñuelas con las técnicas de sellado hasta aquel gigante de chakra capaz de aplastar montañas... ¿Y no había mencionado que le habían recomendado para Kage en Uzushiogakure?
De repente, algo hizo click en su cabeza, y Ayame palideció súbitamente.
—Esto... acabo de recordar... que se me olvidó colocar una marca en casa antes de venir aquí... —balbuceó, llena de terror—. Y la única que tengo en Amegakure está en las celdas de Yui...
Y lo último que se le ocurría como definición de buena idea era aparecer de la nada entre aquellos barrotes.