18/01/2020, 00:40
Hanabi y Datsue entraron de nuevo en la cueva que llevaba a la guarida secreta. Ahora que Hanabi lo pensaba, quizás ya no era ni tan secreta ni tan segura. Sintió una punzada de ansiedad en el pecho: aquél había sido el refugio de su equipo durante tantos años...
—La verdad, apoyo completamente que establezcas vínculos con los shinobi de otras villas —admitió—. Pero tampoco te dejes llevar por esa seguridad. Quizás algún día no puedan acudir. Tenemos que estar preparados para todo. —El Uzukage rebuscó en un armario al lado de su cama y sacó una cajita con un símbolo médico. La abrió y cogió un bote con tapa de rosca que contenía una especie de crema. Se untó el ungüento con cuidado y esgrimiendo una mueca de dolor a lo largo de alguna de las quemaduras más feas, y luego arrojó el bote a Datsue—. Toma, te vendrá muy bien. Es medicina Hyūga. Muy eficaz.
—La verdad, apoyo completamente que establezcas vínculos con los shinobi de otras villas —admitió—. Pero tampoco te dejes llevar por esa seguridad. Quizás algún día no puedan acudir. Tenemos que estar preparados para todo. —El Uzukage rebuscó en un armario al lado de su cama y sacó una cajita con un símbolo médico. La abrió y cogió un bote con tapa de rosca que contenía una especie de crema. Se untó el ungüento con cuidado y esgrimiendo una mueca de dolor a lo largo de alguna de las quemaduras más feas, y luego arrojó el bote a Datsue—. Toma, te vendrá muy bien. Es medicina Hyūga. Muy eficaz.