18/01/2020, 02:22
Hanabi aprendió una lección aquél día: nunca apuestes contra Uchiha Datsue. El muy hijoputa sabía reclamarse su premio. Honestamente sorprendido, porque Datsue había aceptado el dinero, y desolado, Hanabi se apartó de Datsue y agarró bien fuerte la botella de sake. Quizás deseando morirse allí mismo, el Uzukage pegó el trago más grande que había pegado en su vida, y cayó redondo en el colchón.
—Putamierda.
Al día siguiente, ambos tendrían que partir hacia Uzushio en un viaje que se les antojaría muy largo.
Y así lo hicieron. Con un resacón que te cagas y un dolor de cabeza tan grande como si les hubieran metido un Chidori por la oreja.
—Putamierda.
Al día siguiente, ambos tendrían que partir hacia Uzushio en un viaje que se les antojaría muy largo.
Y así lo hicieron. Con un resacón que te cagas y un dolor de cabeza tan grande como si les hubieran metido un Chidori por la oreja.