26/02/2020, 20:34
Tan pronto como se sobresaltó su nuevo maestro, Ren le acompaño, dando un pequeño brinco que la dejo en el mismo sitio; no esperaba que se despertara de forma tan sobresaltada, por lo que no pudo evitar hacer una mueca de estupefacción.
—Coño, y yo pensaba que yo era perezoso. ¿Pero qué horas son estas, almas de cántaro? Os cité a las diez, ¿no? ¿Han cambiado la hora y yo no me he enterado? ¿Me estáis trolleando? —terminó por preguntar, sin tapujos.
Pese a que no parecía del todo enfadado, si estaba lo suficiente molesto; Ren volvió a inclinarse, con una mano sobre la otra cerca de la zona abdominal, nuevamente pidiendo perdón.
— L-Lo siento. N-No tengo excusa, me quede dormida — dijo avergonzada por su torpeza, con la esperanza de que aquel tono se mantuviera, y todo se quedara en una graciosa anécdota.
—Coño, y yo pensaba que yo era perezoso. ¿Pero qué horas son estas, almas de cántaro? Os cité a las diez, ¿no? ¿Han cambiado la hora y yo no me he enterado? ¿Me estáis trolleando? —terminó por preguntar, sin tapujos.
Pese a que no parecía del todo enfadado, si estaba lo suficiente molesto; Ren volvió a inclinarse, con una mano sobre la otra cerca de la zona abdominal, nuevamente pidiendo perdón.
— L-Lo siento. N-No tengo excusa, me quede dormida — dijo avergonzada por su torpeza, con la esperanza de que aquel tono se mantuviera, y todo se quedara en una graciosa anécdota.