17/03/2020, 02:48
Pudo oír una puerta corriéndose y se asomó lo mínimo posible para no ser vista, pudo ver qué puerta se había abierto y a la morena que estaba en ella. Ya sabía qué habitación era de su hermana, sonrió picaramente, era el momento.
Por su cabeza pasaron unas cien posibles bromas. Iban desde las que podían quedar como pequeñas anécdotas y las que la llevarían a la prisión de los Dojos, la exiliarían de su villa y Ren la odiaría para siempre. Sin embargo, la visión de Ren la había perturbado hasta lo más profundo de su ser, necesitaba verla y abrazarla YA.
Tuvo la paciencia justa para esperar a que la amejin volviese a cerrar la puerta para acercarse y golpearla con los nudillos un par de veces, cambiaría el peso de una pierna a otra mientras esperaba y en cuanto abriese la puerta se lanzaría a abrazarla, pasando ambos brazos por detrás de su cuello.
— ¡Ren-chan!
Por su cabeza pasaron unas cien posibles bromas. Iban desde las que podían quedar como pequeñas anécdotas y las que la llevarían a la prisión de los Dojos, la exiliarían de su villa y Ren la odiaría para siempre. Sin embargo, la visión de Ren la había perturbado hasta lo más profundo de su ser, necesitaba verla y abrazarla YA.
Tuvo la paciencia justa para esperar a que la amejin volviese a cerrar la puerta para acercarse y golpearla con los nudillos un par de veces, cambiaría el peso de una pierna a otra mientras esperaba y en cuanto abriese la puerta se lanzaría a abrazarla, pasando ambos brazos por detrás de su cuello.
— ¡Ren-chan!