18/03/2020, 22:52
(Última modificación: 18/03/2020, 22:53 por Himura Hana.)
— ¡Oh, ahora si que me lo vas a dar te guste o no!
Tal vez había sido una elaborada táctica de la rubia para que su hermana aceptase el regalo o tal vez dudase realmente de que fuese a gustarle.
— Está bien.
Cogió aire y se llevó la mano al improvisado moño que recogía casi toda su cabellera para quitar el adorno que lo mantenía vivo y dejar su pelo libre. Le enseñó el accesorio a Ren, sujetandolo con ambas manos. Era una horquilla para el pelo de color plateado con sus puas en formas curvadas como si fuesen ramas de un árbol, cada vez que las ramas cambiaban de dirección se incrustaba una pequeña gema de color azul. De un azul característico, un azul que llevaba Ren en sus ojos.
— ¿Qué te parece? — hizo una breve pausa, demasiado breve para que Ren contestase. — ¡Sé que tú no sueles recogerte el pelo así! Llevas esa coletilla tuya que no es coleta ni es nada, pero, bueno, pensé que sería una buena idea hacer algo así y quería que tú también tuvieses una. No tienes por qué usarla, puedes guardartela para cuando la necesites en el portaobjetos o dejarla en casa y que sirva de adorno...
Su voz se fue apagando hasta que se quedó totalmente callada, esperando la reacción de la morena.
Tal vez había sido una elaborada táctica de la rubia para que su hermana aceptase el regalo o tal vez dudase realmente de que fuese a gustarle.
— Está bien.
Cogió aire y se llevó la mano al improvisado moño que recogía casi toda su cabellera para quitar el adorno que lo mantenía vivo y dejar su pelo libre. Le enseñó el accesorio a Ren, sujetandolo con ambas manos. Era una horquilla para el pelo de color plateado con sus puas en formas curvadas como si fuesen ramas de un árbol, cada vez que las ramas cambiaban de dirección se incrustaba una pequeña gema de color azul. De un azul característico, un azul que llevaba Ren en sus ojos.
— ¿Qué te parece? — hizo una breve pausa, demasiado breve para que Ren contestase. — ¡Sé que tú no sueles recogerte el pelo así! Llevas esa coletilla tuya que no es coleta ni es nada, pero, bueno, pensé que sería una buena idea hacer algo así y quería que tú también tuvieses una. No tienes por qué usarla, puedes guardartela para cuando la necesites en el portaobjetos o dejarla en casa y que sirva de adorno...
Su voz se fue apagando hasta que se quedó totalmente callada, esperando la reacción de la morena.