24/03/2020, 18:58
—Pues yo acabo de llegar, primer día. ¿Eri? Pues no sé si estará ya por aquí, pero vendrá también. Apuntada está, vaya. También Reiji y un par más que apenas conozco.
Con absoluta maestría dialéctica, Datsue fue capaz de responder a la insaciable curiosidad de Ayame, que asintió varias veces, satisfecha.
—¡Oh, estoy deseando ver a Eri! ¡Hace mucho que no sé de ella! —exclamó, emocionada.
—¿Y de Ame quiénes van aparte de vosotros dos? ¿Mogura, quizá?
La contrapregunta del Uchiha cayó sobre ella como una pesada maza. La muchacha sólo fue capaz de agachar la mirada, con el gesto sombrío y los ojos humedecidos. Al final, fue Daruu quien intercedió por ella:
—Mogura tuvo un accidente muy grave en una misión. No lo hemos visto desde entonces, pero la cosa no pintaba nada bien... los médicos nos dijeron que el pronóstico era complicado y que quizás no volvería a ser shinobi. No lo verás en este torneo. Quizás, no lo verás en ninguno.
Ayame dejó escapar el aire, hundiendo aún más los hombros. En cierta manera, y aunque por mucho que reviviera la escena sabía que no podría haber actuado de otra manera, se sentía algo responsable por lo que le había ocurrido.
Y además... había sido tan cobarde de no ir a ver cómo se encontraba en todo aquel tiempo. ¿Cómo podía considerarse siquiera su amiga?
—En nuestra categoría, sólo Rōga, no sé si lo conocerás —continuó Daruu—. Luego hay un par de genin en la categoría inferior. Oye, Ayame, ¿viste que aquella chavala que vino una vez a la cafetería, cuando lo de los cerdos, está inscrita?
Ayame alzó la cabeza hacia Daruu, sacada de su ensimismamiento.
—¿Sí? ¿La del Bokken? ¿Cómo se llamaba? ¿Nel?
Con absoluta maestría dialéctica, Datsue fue capaz de responder a la insaciable curiosidad de Ayame, que asintió varias veces, satisfecha.
—¡Oh, estoy deseando ver a Eri! ¡Hace mucho que no sé de ella! —exclamó, emocionada.
—¿Y de Ame quiénes van aparte de vosotros dos? ¿Mogura, quizá?
La contrapregunta del Uchiha cayó sobre ella como una pesada maza. La muchacha sólo fue capaz de agachar la mirada, con el gesto sombrío y los ojos humedecidos. Al final, fue Daruu quien intercedió por ella:
—Mogura tuvo un accidente muy grave en una misión. No lo hemos visto desde entonces, pero la cosa no pintaba nada bien... los médicos nos dijeron que el pronóstico era complicado y que quizás no volvería a ser shinobi. No lo verás en este torneo. Quizás, no lo verás en ninguno.
Ayame dejó escapar el aire, hundiendo aún más los hombros. En cierta manera, y aunque por mucho que reviviera la escena sabía que no podría haber actuado de otra manera, se sentía algo responsable por lo que le había ocurrido.
Y además... había sido tan cobarde de no ir a ver cómo se encontraba en todo aquel tiempo. ¿Cómo podía considerarse siquiera su amiga?
—En nuestra categoría, sólo Rōga, no sé si lo conocerás —continuó Daruu—. Luego hay un par de genin en la categoría inferior. Oye, Ayame, ¿viste que aquella chavala que vino una vez a la cafetería, cuando lo de los cerdos, está inscrita?
Ayame alzó la cabeza hacia Daruu, sacada de su ensimismamiento.
—¿Sí? ¿La del Bokken? ¿Cómo se llamaba? ¿Nel?