26/03/2020, 14:58
Datsue levantó el pulgar, luego el dedo índice y finalmente el corazón.
—Van ya tres años, tía, tres años. —Se decía pronto, y cuántas cosas habían cambiado desde entonces—. Pues si se repiten las cosas, tú y yo nos enfrentaremos en la primera ronda —dijo, respondiendo a la pregunta de Eri de qué ocurriría ahora que venía a participar—. Ese fue mi primer combate, ¿recuerdas? Contra una compañera llamada Eri.
Él se acordaba perfectamente. Recordaba las votaciones que habían hecho entre los chavales de la academia de un curso superior a él, en la que ella y Noemi habían salido ganadoras como la kunoichi más bella de la clase. Recordaba que Akame estaba prendado de ella —¿o aquello también había sido una farsa?—. Recordaba el combate que habían librado. Recordaba su cara de concentración. Recordaba su sonrisa.
Ahora, yacía en el cementerio. Por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Por mala suerte. Por culpa del caprichoso y maldito destino.
El grito de Eri —su Eri—, le sacó de su ensimismamiento. Fue entonces cuando la vio: la alumna de su amiga.
—Ey, ¿qué hay? —saludó. Pese a que solo la había visto un día, la vio distinta. Como más… apagada. Tenía ojeras y expresión cansada.
—Van ya tres años, tía, tres años. —Se decía pronto, y cuántas cosas habían cambiado desde entonces—. Pues si se repiten las cosas, tú y yo nos enfrentaremos en la primera ronda —dijo, respondiendo a la pregunta de Eri de qué ocurriría ahora que venía a participar—. Ese fue mi primer combate, ¿recuerdas? Contra una compañera llamada Eri.
Él se acordaba perfectamente. Recordaba las votaciones que habían hecho entre los chavales de la academia de un curso superior a él, en la que ella y Noemi habían salido ganadoras como la kunoichi más bella de la clase. Recordaba que Akame estaba prendado de ella —¿o aquello también había sido una farsa?—. Recordaba el combate que habían librado. Recordaba su cara de concentración. Recordaba su sonrisa.
Ahora, yacía en el cementerio. Por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado. Por mala suerte. Por culpa del caprichoso y maldito destino.
El grito de Eri —su Eri—, le sacó de su ensimismamiento. Fue entonces cuando la vio: la alumna de su amiga.
—Ey, ¿qué hay? —saludó. Pese a que solo la había visto un día, la vio distinta. Como más… apagada. Tenía ojeras y expresión cansada.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado