27/03/2020, 10:42
— Yo tengo el peluche del panda en la habitación. — respondió mientras se llevaba unos fideos a la boca, tras masticar y tragar seguiría. — Lo he tenido que llevar fuera de la mochila todo el viaje porque no me cabía, con toda una escolta de ninjas de elite y mi sensei mirando. — se sonrojó violentamente y volvió a mirar sus fideos como si fuesen lo más interesante del mundo.
— Oooooh ¿de verdad? Al menos tu viaje ha sido entonces más interesante que el mio — se detuvo en comer para poder reír ampliamente. — Jamas me había aburrido tanto en un viaje en tren. Con tanto despliegue, suficiente parecía que pudiera moverme un par de metros en el propio vagón, sin que me despegaran la vista
Volvió a observar por la ventana, haciendo una pausa larga y tendida mientras comía. Entrecerró los ojos, y volvió a pensar en lo que había ocurrido semanas meses a tras; no se había desecho todavía del pensamiento de aquella desagradable criatura. De como masacró el solo un rebaño entero, y como en sus instantes finales de vida, parecía pedir clemencia y ayuda.
— Hana... ¿Tan grave es lo de esos monstruos? — ahora quien observaba el plato era ella, viendo su propio reflejo en el colorido caldo, bastante preocupada. Seguramente estaba dándole más vueltas de la cuenta, no solía enterarse de la actualidad debido a que le aburría, aunque a veces la realidad superase a su amada ficción.
— Oooooh ¿de verdad? Al menos tu viaje ha sido entonces más interesante que el mio — se detuvo en comer para poder reír ampliamente. — Jamas me había aburrido tanto en un viaje en tren. Con tanto despliegue, suficiente parecía que pudiera moverme un par de metros en el propio vagón, sin que me despegaran la vista
Volvió a observar por la ventana, haciendo una pausa larga y tendida mientras comía. Entrecerró los ojos, y volvió a pensar en lo que había ocurrido semanas meses a tras; no se había desecho todavía del pensamiento de aquella desagradable criatura. De como masacró el solo un rebaño entero, y como en sus instantes finales de vida, parecía pedir clemencia y ayuda.
— Hana... ¿Tan grave es lo de esos monstruos? — ahora quien observaba el plato era ella, viendo su propio reflejo en el colorido caldo, bastante preocupada. Seguramente estaba dándole más vueltas de la cuenta, no solía enterarse de la actualidad debido a que le aburría, aunque a veces la realidad superase a su amada ficción.