27/03/2020, 14:44
—Ren, se llamaba Ren —la corrigió Daruu.
—¡Eso, Ren! —exclamó Ayame, haciendo chocar el puño contra la palma de la mano.
—¿Eh? ¿Cuándo lo de los cerdos? ¿Qué cerdos? —preguntó Datsue, evidentemente confundido ante las palabras de los de Amegakure.
—Bueno, más que cerdos, jabalíes... —concretó Ayame, encogiéndose de hombros.
Daruu resopló y se cruzó de brazos.
—Menuda locura, macho. Un tío que estaba aprendiendo a invocar animales ninja perdió el control sobre sus puercos. Los jabalíes destrozaron varias calles y también los cristales de la cafetería de mi madre. Me tuve que pegar con uno que se hacía llamar el Gran Ōshishi. Ni un puto General, macho. ¡Casi pierdo contra ese cerdo! ¿¡Te lo puedes creer!?
Ayame soltó una carcajada y se frotó la nuca con una mano.
—Bueno, bueno, tampoco exageres... ¿Al final pagó la deuda con tu madre el chico ese? Pobre... la verdad es que me dio pena...
—¡Eso, Ren! —exclamó Ayame, haciendo chocar el puño contra la palma de la mano.
—¿Eh? ¿Cuándo lo de los cerdos? ¿Qué cerdos? —preguntó Datsue, evidentemente confundido ante las palabras de los de Amegakure.
—Bueno, más que cerdos, jabalíes... —concretó Ayame, encogiéndose de hombros.
Daruu resopló y se cruzó de brazos.
—Menuda locura, macho. Un tío que estaba aprendiendo a invocar animales ninja perdió el control sobre sus puercos. Los jabalíes destrozaron varias calles y también los cristales de la cafetería de mi madre. Me tuve que pegar con uno que se hacía llamar el Gran Ōshishi. Ni un puto General, macho. ¡Casi pierdo contra ese cerdo! ¿¡Te lo puedes creer!?
Ayame soltó una carcajada y se frotó la nuca con una mano.
—Bueno, bueno, tampoco exageres... ¿Al final pagó la deuda con tu madre el chico ese? Pobre... la verdad es que me dio pena...