28/03/2020, 18:20
— Depende de la situación, si se declara la guerra y nos encontramos por casualidad en un pueblo remoto, huiría, lejos, rápido y me convencería de que no eras tú, de que me lo imaginé. Me sentiría culpable si después me enterase de que tú has hecho cosas contra la villa. Pero si fuese una orden directa, diciéndome, específicamente que fuese a por ti... No... No lo sé, no me siento capaz de hacer ninguna de las dos cosas, ni de cumplir dicha orden ni de no hacerlo.
Ren extendió las manos sobre la mesa lentamente, hasta alcanzar las de Hana y entrelazar los dedos con delicadeza, pero con aún más dulzura. Comenzaba a acostumbrarsé a aquella expresión, empezaba a saber cuando Hana estaba al borde de las lágrimas y aunque debiera decirle algo para calmarla, siempre intentaba que esas palabras fueran algo que pensaba de verdad desde lo más profundo de su ser. Si le mentía, solo serviría para que cuando descubriera la verdad, fuera mucho peor y más doloroso, fuera cual fuera la circunstancia.
— Yo sería incapaz de alzar mi espada contra tí — su voz sonaba distinta, demasiado melosa y dulce para ser la de aquella joven medio macarra. — Nos vamos a un pequeño pueblo y vivimos la vida de hermanas que queremos. — pasado unos momentos después, arrancaría una carcajada para volver a su tono habitual. — ¡Si no te doy una paliza antes! ¡Jajaja!
Ren extendió las manos sobre la mesa lentamente, hasta alcanzar las de Hana y entrelazar los dedos con delicadeza, pero con aún más dulzura. Comenzaba a acostumbrarsé a aquella expresión, empezaba a saber cuando Hana estaba al borde de las lágrimas y aunque debiera decirle algo para calmarla, siempre intentaba que esas palabras fueran algo que pensaba de verdad desde lo más profundo de su ser. Si le mentía, solo serviría para que cuando descubriera la verdad, fuera mucho peor y más doloroso, fuera cual fuera la circunstancia.
— Yo sería incapaz de alzar mi espada contra tí — su voz sonaba distinta, demasiado melosa y dulce para ser la de aquella joven medio macarra. — Nos vamos a un pequeño pueblo y vivimos la vida de hermanas que queremos. — pasado unos momentos después, arrancaría una carcajada para volver a su tono habitual. — ¡Si no te doy una paliza antes! ¡Jajaja!