30/03/2020, 13:04
(Última modificación: 30/03/2020, 13:04 por Uzumaki Eri.)
«Ahí va, de nuevo...»
Datsue tenía ese don, esa característica tan suya de hablar sin parar y, aunque te estuviera vendiendo cualquier cosa sin importancia, al final acababas cediendo y llevándote dos toneladas, porque el Uchiha era así, capaz de moldear a las personas con sus palabras. Al principio intentó ignorarlo, pero debía reconocer que su voz penetraba por tus oídos y acariciaba tu cerebro hasta llegar al corazón y agitarlo con sus subidas y bajadas de tono.
Escalofríos le entraban a Eri de escucharla.
«Yo también debería entrenar...» Se recordó mentalmente, en vez de buscar sitios que visitar. Suspiró, al final tendría que hacerle caso si no quería perder en la misma primera ronda.
Y lo peor, lo peor, es que al final contestó a la pregunta que le había hecho su pupila. Hana, que parecía estar llenándose de determinación a cada palabra que Datsue le dedicaba, cambio su semblante decaído a uno decidido, por el entreno, claro.
—Es verdad, tienes razón, Datsue —confirmó ella tras la aportación de la rubia—. ¿Nos harías una demostración de entrenamiento? Así sabríamos cómo se hace bien.
Datsue tenía ese don, esa característica tan suya de hablar sin parar y, aunque te estuviera vendiendo cualquier cosa sin importancia, al final acababas cediendo y llevándote dos toneladas, porque el Uchiha era así, capaz de moldear a las personas con sus palabras. Al principio intentó ignorarlo, pero debía reconocer que su voz penetraba por tus oídos y acariciaba tu cerebro hasta llegar al corazón y agitarlo con sus subidas y bajadas de tono.
Escalofríos le entraban a Eri de escucharla.
«Yo también debería entrenar...» Se recordó mentalmente, en vez de buscar sitios que visitar. Suspiró, al final tendría que hacerle caso si no quería perder en la misma primera ronda.
Y lo peor, lo peor, es que al final contestó a la pregunta que le había hecho su pupila. Hana, que parecía estar llenándose de determinación a cada palabra que Datsue le dedicaba, cambio su semblante decaído a uno decidido, por el entreno, claro.
—Es verdad, tienes razón, Datsue —confirmó ella tras la aportación de la rubia—. ¿Nos harías una demostración de entrenamiento? Así sabríamos cómo se hace bien.