1/04/2020, 20:19
— ¿Qué no me has mentido? ¿Hermandad? ¿¡Me dices que no te interesaba aquel capullo y os pillo a la primera que te dejo sola comiendote la boca con él?! ¡¿Qué no sabes que es el amor?! ¿¡QUE NO ME HAS MENTIDO!? ¡POR UNA MENTIRA ESTUVE APUNTO DE PERDER LA VIDA!
Se puso roja de la vergüenza, después de la ira. ¿Era por eso? ¿Por esa tontería la había dejado de lado? ¿¡Por esa estupidez!? Encima como si ella hubiese dicho literalmente que no quería nada con él, que no lo iba a tocar ni con un palo. No, le había dicho que estaba confusa, que no entendía qué era el amor y su respuesta fue tan confusa como su reacción ahora.
— ¡Perdona! ¡Te dije que NO sabía qué era el amor! Y no, no me interesaba, se lanzó y me besó, me pilló de sorpresa. ¿Qué querías que hiciese? ¡Yo no te mentí! ¡Nunca te he mentido! ¡Y aún así...! ¡ME HAS EMPEZADO A IGNORAR POR ALGO QUE NI SIQUIERA DIJE! ¡ERES UNA EGOÍSTA DE MIERDA!
Todo el enfado acabó, con ella riéndose. Era tan estúpido, ella era tan estúpida. Todo aquello la había afectado hasta puntos que ni siquiera se podría haber imaginado, fue como revivir la primera semana sin sus padres. ¿Y por qué? Por una niñata egoista. Aquí la idiota era ella.
— Perdón, la tonta soy yo, por confiar en ti.
Se puso roja de la vergüenza, después de la ira. ¿Era por eso? ¿Por esa tontería la había dejado de lado? ¿¡Por esa estupidez!? Encima como si ella hubiese dicho literalmente que no quería nada con él, que no lo iba a tocar ni con un palo. No, le había dicho que estaba confusa, que no entendía qué era el amor y su respuesta fue tan confusa como su reacción ahora.
— ¡Perdona! ¡Te dije que NO sabía qué era el amor! Y no, no me interesaba, se lanzó y me besó, me pilló de sorpresa. ¿Qué querías que hiciese? ¡Yo no te mentí! ¡Nunca te he mentido! ¡Y aún así...! ¡ME HAS EMPEZADO A IGNORAR POR ALGO QUE NI SIQUIERA DIJE! ¡ERES UNA EGOÍSTA DE MIERDA!
Todo el enfado acabó, con ella riéndose. Era tan estúpido, ella era tan estúpida. Todo aquello la había afectado hasta puntos que ni siquiera se podría haber imaginado, fue como revivir la primera semana sin sus padres. ¿Y por qué? Por una niñata egoista. Aquí la idiota era ella.
— Perdón, la tonta soy yo, por confiar en ti.