2/04/2020, 20:32
«Con las pelotas será...»
—Nos vemos en Nantōnoya, ¿en una hora? Yo iré a por los globos.
Eri asintió a la par que Hana, quien se encontraba más energética que antes «o que nunca» pensó al verla seguir asintiendo mientras ella ya había terminado. Tendría realmente ganas de aprender esa técnica, y no podía culparla, pues ella, cuando lo descubrió, no pudo evitar sentir como su corazón bombeaba a mayor velocidad.
En una hora, los tres en Nantōnoya, fácil, así que Hana y Datsue se marcharon para hacer sus respectivas cosas antes de la hora de quedada y ella... Ella suspiró y dio un pequeño trote hasta la residencia donde se hospedaban. Quería trabajar en su resistencia, pero no quería quedarse atrás con su agilidad tampoco.
Una vez allí, subió para asearse y bajó para encontrarse con Hana ya preparada.
—Qué, Hana, ¿preparada? —preguntó pasándola un brazo por sus hombros.
—Nos vemos en Nantōnoya, ¿en una hora? Yo iré a por los globos.
Eri asintió a la par que Hana, quien se encontraba más energética que antes «o que nunca» pensó al verla seguir asintiendo mientras ella ya había terminado. Tendría realmente ganas de aprender esa técnica, y no podía culparla, pues ella, cuando lo descubrió, no pudo evitar sentir como su corazón bombeaba a mayor velocidad.
En una hora, los tres en Nantōnoya, fácil, así que Hana y Datsue se marcharon para hacer sus respectivas cosas antes de la hora de quedada y ella... Ella suspiró y dio un pequeño trote hasta la residencia donde se hospedaban. Quería trabajar en su resistencia, pero no quería quedarse atrás con su agilidad tampoco.
Una vez allí, subió para asearse y bajó para encontrarse con Hana ya preparada.
—Qué, Hana, ¿preparada? —preguntó pasándola un brazo por sus hombros.