2/04/2020, 21:21
No una, si no dos rubias de Uzu fueron las que hicieron aparición tras el muro, una de estas apoyó la mano sobre la pared y volvió a blasfemar sobre la genin de la lluvia. Pero aquello que se alejaba hacia los escombros, no era más que una copia; como una de las dos, pensó la morena en ese mismo instante.
— ¿Ya vas a empezar a pelear? Mucho hablar de samurais y cuando estas peleando bajo su atenta mirada te dedicas a huir. Supongo que la cobardía no es solo para cuando estás fuera de combate.
Solo la provocaba una y otra vez, sin cesar; y lo conseguía. Podría aguantar uno o dos al principio, pero no tenía la resistencia mental de aguantar tantos seguidos. Pegada a la pared, la autentica Ren la golpeó con el bokken directa en el estómago a la más cercana, y apyovechándo que esta se inclinaría por el dolor, se apoyó para propinarle una patada a la otra que estaba a su lado. Fuera cual fuera la real, le daba igual.
— Por lo menos no llevo un puto osito de peluche a todos lados — vociferó entre las dos Hanas.
Las dos genins querían lo mismo; la sangre de la otra. Pero las palabras estaban haciendo más daño entre ellas que sus propios golpes. Además ¿quién necesitaba una familia en el fragor de la batalla?
— ¿Ya vas a empezar a pelear? Mucho hablar de samurais y cuando estas peleando bajo su atenta mirada te dedicas a huir. Supongo que la cobardía no es solo para cuando estás fuera de combate.
Solo la provocaba una y otra vez, sin cesar; y lo conseguía. Podría aguantar uno o dos al principio, pero no tenía la resistencia mental de aguantar tantos seguidos. Pegada a la pared, la autentica Ren la golpeó con el bokken directa en el estómago a la más cercana, y apyovechándo que esta se inclinaría por el dolor, se apoyó para propinarle una patada a la otra que estaba a su lado. Fuera cual fuera la real, le daba igual.
— Por lo menos no llevo un puto osito de peluche a todos lados — vociferó entre las dos Hanas.
Las dos genins querían lo mismo; la sangre de la otra. Pero las palabras estaban haciendo más daño entre ellas que sus propios golpes. Además ¿quién necesitaba una familia en el fragor de la batalla?