7/04/2020, 16:17
—¡¿Doscientos ryōs?! Pero, ¿¡qué están, rellenas de jodido caviar o qué?!
Boom. Ahí estaba la explosión que estaba esperando Ayame. Parecía que no sólo el Uchiha era experto manipulando las emociones de los demás.
—Pues claro que no os llevaré a un sitio roñoso, pero… Oigan, que tenga jacuzzi no quiere decir que sea rico, ¿eh? Me tuve que vender mi apartamento, ¡tirar de todos los ahorros acumulados por tantos años! ¡Ahorros ganados con el sudor de mi frente, la sangre de mis venas y negocios paralelos! ¡Negocios que ya no tengo! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor!
Ayame se llevó una mano a la boca, tratando desesperadamente de retrasar lo inevitable.
—¡Pero Datsue! —Daruu continuó con el juego a duras penas—. ¡LA CROQUETA! ¡PIENSA EN LO BUENA QUE ESTARÁ ESA CROQUETA, TÍO! Tiene que ser la croqueta de los dioses, tío.
Y Ayame no lo soportó por más tiempo y lo dejó explotar. Soltó una pedorreta y se echó a reír con todas sus ganas. Con tantas ganas que se tuvo que abrazar el abdomen y arqueó el cuerpo mientras se seguía riendo a carcajada limpia.
—¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡Que...! Jajaja... Que era una broma! Jaja... —exclamó, limpiándose las lágrimas de los ojos entre risas contenidas—. ¿Pero cómo te vamos a hacer algo así, Datsue? Venga, va, vamos donde queráis. ¡Si ni siquiera conozco ese restaurante, me lo he inventado!
Boom. Ahí estaba la explosión que estaba esperando Ayame. Parecía que no sólo el Uchiha era experto manipulando las emociones de los demás.
—Pues claro que no os llevaré a un sitio roñoso, pero… Oigan, que tenga jacuzzi no quiere decir que sea rico, ¿eh? Me tuve que vender mi apartamento, ¡tirar de todos los ahorros acumulados por tantos años! ¡Ahorros ganados con el sudor de mi frente, la sangre de mis venas y negocios paralelos! ¡Negocios que ya no tengo! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor!
Ayame se llevó una mano a la boca, tratando desesperadamente de retrasar lo inevitable.
—¡Pero Datsue! —Daruu continuó con el juego a duras penas—. ¡LA CROQUETA! ¡PIENSA EN LO BUENA QUE ESTARÁ ESA CROQUETA, TÍO! Tiene que ser la croqueta de los dioses, tío.
Y Ayame no lo soportó por más tiempo y lo dejó explotar. Soltó una pedorreta y se echó a reír con todas sus ganas. Con tantas ganas que se tuvo que abrazar el abdomen y arqueó el cuerpo mientras se seguía riendo a carcajada limpia.
—¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡Que...! Jajaja... Que era una broma! Jaja... —exclamó, limpiándose las lágrimas de los ojos entre risas contenidas—. ¿Pero cómo te vamos a hacer algo así, Datsue? Venga, va, vamos donde queráis. ¡Si ni siquiera conozco ese restaurante, me lo he inventado!