9/04/2020, 14:37
Daruu aún tardó algunos segundos en responder. De hecho, se mostró extremadamente irritado ante la torpeza de Datsue cuando se le cayó la carta de las manos y les chistó para que se callaran. Ayame, aún más inquieta, se revolvió en su asiento y comenzó a mirar a su alrededor, pero no veía nada sospechoso.
Fue entonces cuando Daruu giró la cabeza hacia una mesa cercana, donde un grupo de escandalosas muchachas charlaba distraidamente a voz en grito, y... se relamió. Ayame sintió como si la acabaran de apuñalar en el pecho. Ella nunca había sido una chica celosa, pero... ¡pero aquello era demasiado!
—Vale, vale, chavales —anunció Daruu, como si no acabara de pasar nada.
Ayame apretó las mandíbulas, roja de indignación e ira. De su cuerpo comenzaron a brotar varios hilillos de vapor ardiente. Y entonces...
—Las de la mesa de allí se han pedido la Carbonara Puzzle BBQ y la Puzzletopía. ¡Tienen una pinta que te cagas! Está claro. ¡Pidamos esas! —agregó, dando decidido golpe en la mesa con el puño, y desactivó su dōjutsu.
Ayame se había quedado congelada en el sitio, pálida y con la boca a medio abrir. Las briznas de vapor habían desaparecido en el aire.
—Estabas... estabas espiando las pizzas de los demás... —fue lo único que fue capaz de decir, con un hilo de voz, antes de derrumbarse en el sofá.
No sabía si morirse de la vergüenza por creer que Daruu se estaba relamiendo mientras miraba a otras chicas o sentirse estúpida porque en realidad lo que había estado espiando era el menú del resto de comensales del local. Abochornada, se tapó los ojos con una mano y dejó escapar un largo y profundo suspiro.
—Pedid las que queráis. Mientras NO lleven piña.
Fue entonces cuando Daruu giró la cabeza hacia una mesa cercana, donde un grupo de escandalosas muchachas charlaba distraidamente a voz en grito, y... se relamió. Ayame sintió como si la acabaran de apuñalar en el pecho. Ella nunca había sido una chica celosa, pero... ¡pero aquello era demasiado!
—Vale, vale, chavales —anunció Daruu, como si no acabara de pasar nada.
Ayame apretó las mandíbulas, roja de indignación e ira. De su cuerpo comenzaron a brotar varios hilillos de vapor ardiente. Y entonces...
—Las de la mesa de allí se han pedido la Carbonara Puzzle BBQ y la Puzzletopía. ¡Tienen una pinta que te cagas! Está claro. ¡Pidamos esas! —agregó, dando decidido golpe en la mesa con el puño, y desactivó su dōjutsu.
Ayame se había quedado congelada en el sitio, pálida y con la boca a medio abrir. Las briznas de vapor habían desaparecido en el aire.
—Estabas... estabas espiando las pizzas de los demás... —fue lo único que fue capaz de decir, con un hilo de voz, antes de derrumbarse en el sofá.
No sabía si morirse de la vergüenza por creer que Daruu se estaba relamiendo mientras miraba a otras chicas o sentirse estúpida porque en realidad lo que había estado espiando era el menú del resto de comensales del local. Abochornada, se tapó los ojos con una mano y dejó escapar un largo y profundo suspiro.
—Pedid las que queráis. Mientras NO lleven piña.