9/04/2020, 15:32
—Un shinobi debe aprovechar todos sus recursos. Y el entorno —dijo en un tono solemne—. Siempre que voy a un sitio nuevo lo hago. Y en este Pizza Puzzle tienen una oferta diferente. Hay que investigar.
Daruu era totalmente ajeno a las sospechas —erróneas— de sus dos amigos. Algo sí que le había extrañado que Dataue le hablase por el sello que tenía en la nuca. Pero estaba tan concentrado en las pizzas que...
«Ah, ya estamos. El típico desprecio a la piña. ¡Eso es que ni siquiera lo han probado! ¡Lo dicen por seguirle la corriente a los demás!»
Para algunas cosas, Daruu era un purista de la pizza. Para la masa, desde luego. ¿Pero para los toppings? A veces más tradicional, al estilo de Yugakure, el origen del plato. A veces, totalmente lo contrario.
Pero optó por callarse. No era momento de pelearse. La pizza es unión. Es fiesta. No conflicto.
—A mí me parece bien la elección… para empezar. Luego hay que pedirse otras, ¿eh? ¡Hay que aprovechar el buffet! —dijo Datsue.
—Hooombre, ¡ya te digo! ¡Al menos dos o tres por cabeza! —Daruu había llegado hasta cuatro. Luego... luego no lo había pasado bien—. ¡Vamos a arrasar!
La camarera, que ya se acercaba a la mesa para tomarles nota, escuchó la conversación y sintió un terrible escalofrío.
Unas horas después, los tres se refugiaban, recostados, sobre el tronco de un gran árbol. Daruu se acariciaba su matratado vientre con el rostro rojo, el calor encendiéndose las mejillas de tanto que había comido.
—Chicos, estoy mareado...
Daruu era totalmente ajeno a las sospechas —erróneas— de sus dos amigos. Algo sí que le había extrañado que Dataue le hablase por el sello que tenía en la nuca. Pero estaba tan concentrado en las pizzas que...
«Ah, ya estamos. El típico desprecio a la piña. ¡Eso es que ni siquiera lo han probado! ¡Lo dicen por seguirle la corriente a los demás!»
Para algunas cosas, Daruu era un purista de la pizza. Para la masa, desde luego. ¿Pero para los toppings? A veces más tradicional, al estilo de Yugakure, el origen del plato. A veces, totalmente lo contrario.
Pero optó por callarse. No era momento de pelearse. La pizza es unión. Es fiesta. No conflicto.
—A mí me parece bien la elección… para empezar. Luego hay que pedirse otras, ¿eh? ¡Hay que aprovechar el buffet! —dijo Datsue.
—Hooombre, ¡ya te digo! ¡Al menos dos o tres por cabeza! —Daruu había llegado hasta cuatro. Luego... luego no lo había pasado bien—. ¡Vamos a arrasar!
La camarera, que ya se acercaba a la mesa para tomarles nota, escuchó la conversación y sintió un terrible escalofrío.
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Unas horas después, los tres se refugiaban, recostados, sobre el tronco de un gran árbol. Daruu se acariciaba su matratado vientre con el rostro rojo, el calor encendiéndose las mejillas de tanto que había comido.
—Chicos, estoy mareado...