9/04/2020, 18:36
—Puff… —resopló Datsue, tumbado de costado, abrazándose también el estómago. Aquella había sido una de las tentaciones de Ayame, pero sentía que si se tumbaba, la comida terminaría por volver a la boca—. Joder, me encuentro peor que tras aquella cogorza que nos pillamos en la isla perdida aquella. Qué mal… Joder, qué mal…
Si Ayame había escuchado o no aquella última frase, no dio ninguna señal de ello. Una de dos: o de verdad no lo había oído, o estaba demasiado ocupada sufriendo con su propio empacho como para ponerse a regañarles.
—¡Bueno, vais a contar ya los secretitos o no! ¿O es que no queréis que yo lo sepa?
Ayame giró la cabeza lentamente hacia él, con los ojos entrecerrados.
—Soy más pizza que agua... ¡No me puedo ni mover! ¿O es que quieres que te vomite encima? Maldita sea, Daruu, ahora va a ser tu culpa que nos quedemos todos con la intriga.
Si Ayame había escuchado o no aquella última frase, no dio ninguna señal de ello. Una de dos: o de verdad no lo había oído, o estaba demasiado ocupada sufriendo con su propio empacho como para ponerse a regañarles.
—¡Bueno, vais a contar ya los secretitos o no! ¿O es que no queréis que yo lo sepa?
Ayame giró la cabeza lentamente hacia él, con los ojos entrecerrados.
—Soy más pizza que agua... ¡No me puedo ni mover! ¿O es que quieres que te vomite encima? Maldita sea, Daruu, ahora va a ser tu culpa que nos quedemos todos con la intriga.