10/04/2020, 15:53
— Himura Hana, señor. Lo-lo siento mucho. No era mi intención que Ren acabara así, bueno, siendo un torneo... pe-pero no quería hacerle daño de verdad, tal vez me excedí. No quería que le pasase nada malo, al menos no de forma permanente, no sé muy bien qué pasó. — dijo nerviosa ante el alto muro de dos metros que estaba frente a ella.
— No tienes porque preocuparte; esta bien. Magulladuras y contusiones leves; estamos esperando a que despierte para ver si tiene algo grave — dio un sorbo a un humeante vaso que tenia en una de sus manos, donde se pudo apreciar unos guantes negros; se giró frente a ella, mostrando los plateados botones de su abrigo. — Luchaste bien; no te disculpes por ello, las reglas son duras y estrictas, no sería raro que alguien acabara muerto en uno de esos combates. Así que tu eres la Hana de la que tanto hablaba ¿Quieres acompañarme a ver que tal esta mi nieta?
Se volvió a llevar el vaso a los labios, mientras esperaba la respuesta de la joven. Pese a su edad, era obvio que sabía como cuidarse, salvo unas largas arrugas a ambos lados de la boca, que bajaban desde sus profundos ojos; apenas tenía muchas arrugas. Su voz era seca y rigida, y esto sumado a su inamovible expresión seria, daba la sensación de que estaba constantemente de mal humor.
— No voy ni a preguntar que fue ese "combate". Por llamarlo de alguna forma
— Mejor así; participar en este torneo es la peor idea que he tenido — replicó ofuscada; la cama estaba inclinada, por lo que se sentó cruzando las piernas bajo las sabanas y apoyándose en lo que ahora parecía más bien un respaldo. — No tengo talento para esto.
Nanashi terminó de cortar una manzana, y se quedó mirándola seriamente. ¿Qué no tenía talento? Puede ser, pero si no seguía jamas lo sabría. Aunque no era eso lo que se le pasaba por la cabeza a Nanashi en aquel momento.
— No tienes porque preocuparte; esta bien. Magulladuras y contusiones leves; estamos esperando a que despierte para ver si tiene algo grave — dio un sorbo a un humeante vaso que tenia en una de sus manos, donde se pudo apreciar unos guantes negros; se giró frente a ella, mostrando los plateados botones de su abrigo. — Luchaste bien; no te disculpes por ello, las reglas son duras y estrictas, no sería raro que alguien acabara muerto en uno de esos combates. Así que tu eres la Hana de la que tanto hablaba ¿Quieres acompañarme a ver que tal esta mi nieta?
Se volvió a llevar el vaso a los labios, mientras esperaba la respuesta de la joven. Pese a su edad, era obvio que sabía como cuidarse, salvo unas largas arrugas a ambos lados de la boca, que bajaban desde sus profundos ojos; apenas tenía muchas arrugas. Su voz era seca y rigida, y esto sumado a su inamovible expresión seria, daba la sensación de que estaba constantemente de mal humor.
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— No voy ni a preguntar que fue ese "combate". Por llamarlo de alguna forma
— Mejor así; participar en este torneo es la peor idea que he tenido — replicó ofuscada; la cama estaba inclinada, por lo que se sentó cruzando las piernas bajo las sabanas y apoyándose en lo que ahora parecía más bien un respaldo. — No tengo talento para esto.
Nanashi terminó de cortar una manzana, y se quedó mirándola seriamente. ¿Qué no tenía talento? Puede ser, pero si no seguía jamas lo sabría. Aunque no era eso lo que se le pasaba por la cabeza a Nanashi en aquel momento.