10/04/2020, 23:10
— ¿E-estás bien? — preguntó desde el sitio, preocupada.
— Si... Yo... — cogió un trozo de manzana, para llevárselo a la boca, tal vez la dulzura de las manzanas le quitase ese amargo sabor que sentía ahora en la boca, o el nudo que subía por su garganta. Pero a mitad del camino, este se le escurrió de las manos, y cayó al suelo, Ren lo siguió con su vista y aquellos instantes parecieron hacerse eternos, sentía que caía a cámara lenta, hasta que cayó contra el suelo, devolviéndola a la realidad. Poco a poco, las lagrimas comenzaron a recorrer sus pálidas mejillas. — ¿T-T-Tan mala soy?...
Alzó la mirada buscando a Hana, con los ojos llorosos y sus labios temblorosos; la luz que entraba por la ventana se reflejaban tanto por las rosadas mejillas como por las gotas. La princesa indefensa no era Hana, era ella.
— Si... Yo... — cogió un trozo de manzana, para llevárselo a la boca, tal vez la dulzura de las manzanas le quitase ese amargo sabor que sentía ahora en la boca, o el nudo que subía por su garganta. Pero a mitad del camino, este se le escurrió de las manos, y cayó al suelo, Ren lo siguió con su vista y aquellos instantes parecieron hacerse eternos, sentía que caía a cámara lenta, hasta que cayó contra el suelo, devolviéndola a la realidad. Poco a poco, las lagrimas comenzaron a recorrer sus pálidas mejillas. — ¿T-T-Tan mala soy?...
Alzó la mirada buscando a Hana, con los ojos llorosos y sus labios temblorosos; la luz que entraba por la ventana se reflejaban tanto por las rosadas mejillas como por las gotas. La princesa indefensa no era Hana, era ella.