12/04/2020, 14:03
«Oh no, ahí vamos...»
Datsue rodeó a Eri con uno de sus brazos, pegando su mejilla con la de la Uzumaki mientras se señalaba tanto a él como a la que tenía presa. Eri levantó ambas manos en señal de rendición, sin saber muy bien qué hacer. Y justo cuando terminó el círculo, habló, y le explicó a una no enterada Hana de Los Intrépidos, aquellos que jamás fallaron una misión.
Claro, juntos no habían hecho ni una. Pero eso era una historia aparte.
Hana, por su parte, se puso a la defensiva, alegando que Los Intrépidos eran gente normal y no personajes inventados de cómics que resaltaban por sus apariencias pintorescas o por sus máscaras de anbu.
—Hombre, destacar es para llamar la atención, y nosotros somos shinobi, así que lo mejor es no llamar la atención —explicó con la mayor lógica que podía—. Y nuestras misiones han sido muy intrépidas, sí, y nuestras fiestas ni te cuento...
Datsue rodeó a Eri con uno de sus brazos, pegando su mejilla con la de la Uzumaki mientras se señalaba tanto a él como a la que tenía presa. Eri levantó ambas manos en señal de rendición, sin saber muy bien qué hacer. Y justo cuando terminó el círculo, habló, y le explicó a una no enterada Hana de Los Intrépidos, aquellos que jamás fallaron una misión.
Claro, juntos no habían hecho ni una. Pero eso era una historia aparte.
Hana, por su parte, se puso a la defensiva, alegando que Los Intrépidos eran gente normal y no personajes inventados de cómics que resaltaban por sus apariencias pintorescas o por sus máscaras de anbu.
—Hombre, destacar es para llamar la atención, y nosotros somos shinobi, así que lo mejor es no llamar la atención —explicó con la mayor lógica que podía—. Y nuestras misiones han sido muy intrépidas, sí, y nuestras fiestas ni te cuento...