17/04/2020, 21:23
— Que no voy a llevar una vaina rosa ¿Para mi cumpleaños? ¿Eso es lo que querías desde un principio? Bueno ¿y tu qué? ¿Debería regalarte un panda de uno o dos metros? Supongo que lo suyo serían casi tres ¿pero los hay tan grandes?
Por un momento, Hana sintió que había desvelado el gran plan maestro. Pero, a ver, si acababan de hablar de sus cumpleaños y ahora hablaban de un regalo, pues muy secreto no era. Así que se quitó las penas con ese pensamiento y se cruzó de brazos ante las insinuaciones de un peluche de panda gigante.
— No me cambies de tema sacando pandas de la chistera. Estamos hablando de tu regalo. Pero ya que insistes, te prefiero a ti como regalo que cualquier panda. — como siempre, su lengua iba más rápida que su cerebro. — Quiero decir, celebrar el día contigo, no tú entera como regalo. Aunque sé que eso es difícil porque estaremos ya en la villa y no podremos vernos tan a menudo. Así que no te preocupes, no pasa nada.
Hana había descruzado los brazos rápidamente para enseñarle las palmas de las manos a Ren, intentando excusarse de lo que estaba diciendo, para finalmente agarrarse un codo con la mano y apartar la mirada. ¿Por qué siempre tenía que acabar poniendose en evidencia?
Por un momento, Hana sintió que había desvelado el gran plan maestro. Pero, a ver, si acababan de hablar de sus cumpleaños y ahora hablaban de un regalo, pues muy secreto no era. Así que se quitó las penas con ese pensamiento y se cruzó de brazos ante las insinuaciones de un peluche de panda gigante.
— No me cambies de tema sacando pandas de la chistera. Estamos hablando de tu regalo. Pero ya que insistes, te prefiero a ti como regalo que cualquier panda. — como siempre, su lengua iba más rápida que su cerebro. — Quiero decir, celebrar el día contigo, no tú entera como regalo. Aunque sé que eso es difícil porque estaremos ya en la villa y no podremos vernos tan a menudo. Así que no te preocupes, no pasa nada.
Hana había descruzado los brazos rápidamente para enseñarle las palmas de las manos a Ren, intentando excusarse de lo que estaba diciendo, para finalmente agarrarse un codo con la mano y apartar la mirada. ¿Por qué siempre tenía que acabar poniendose en evidencia?