18/04/2020, 23:14
—Muy aguda, joven detective. Al final los ninjas no dejamos de ser currantes, por mucho que a más de un jōnin se le haya subido el rango a la cabeza. Mirad, no es que yo sea el "sargento de hierro", pero la verdad es que nada anima más a un par de genin como vosotros a espabilar que partirse el espinazo cargando cajas.
«Si tu lo dices... Pero supongo que es mejor ser repartidor que dedicarnos días y días a limpiar retretes...» Pensó viendo como intentaba maquillar aquel trabajo como algo maravilloso.
Tras una ojeada rápida al reloj, incito a que ambos genin se movilizaran. Tras otro sermoncito, y salir a la lluviosa calle; prosiguió con su monólogo, aunque esta vez invitándoles a participar
—Por ser vuestra primera misión en equipo, os acompañaré para asegurarme de que no la liais parda. Además, la alternativa era quedarme pasando informes a limpio y, meh —se encogió de hombros—. Aunque ya me he leído vuestros expedientes —en serio, me los he leído, creo que soy el primer sensei de la historia que no miente con esto—, ¿qué tal si ponemos en común vuestras habilidades? Por increíble que parezca, las probabilidades de morir de forma horrible en una misión se reducen más cuanto mejor conoces a tus compañeros.
Bueno, morir enterrado entre un monton de cajas a lo mejor no era la forma más digna para un shinobi de morir; pero alguna lesión grave se podría llevar. Y era hora de mantener una conversación de ese tipo con un futuro compañero, hubiera deseado tenerla antes del incidente en Yachi, pero mejor tarde que nunca.
— Oh, pues por suerte nos conocemos de antes — dijo levantando el dedo indice, como si eso fuera una especie de punto a favor, subiendo uno a uno a continuación, mientras miraba sus propias manos. — Supongo que tengo un nivel básico en casi todos los apartados... Puedo utilizar el elemento fuego... Pero si tengo que destacar algo supongo que sería el uso de la espada ¡Quiero volverme una espadachín de renombre!
Y eso a él que coño le iba a importar; desde luego se podía leer en cada una de sus facciones y acciones. Un hombre cansado que buscaba una vida simple y tranquila sin duda alguna; y la morena se le había puesto a hablar de sus ambiciones cuando lo único que le pidió fuera que hablara de sus habilidades.
«Si tu lo dices... Pero supongo que es mejor ser repartidor que dedicarnos días y días a limpiar retretes...» Pensó viendo como intentaba maquillar aquel trabajo como algo maravilloso.
Tras una ojeada rápida al reloj, incito a que ambos genin se movilizaran. Tras otro sermoncito, y salir a la lluviosa calle; prosiguió con su monólogo, aunque esta vez invitándoles a participar
—Por ser vuestra primera misión en equipo, os acompañaré para asegurarme de que no la liais parda. Además, la alternativa era quedarme pasando informes a limpio y, meh —se encogió de hombros—. Aunque ya me he leído vuestros expedientes —en serio, me los he leído, creo que soy el primer sensei de la historia que no miente con esto—, ¿qué tal si ponemos en común vuestras habilidades? Por increíble que parezca, las probabilidades de morir de forma horrible en una misión se reducen más cuanto mejor conoces a tus compañeros.
Bueno, morir enterrado entre un monton de cajas a lo mejor no era la forma más digna para un shinobi de morir; pero alguna lesión grave se podría llevar. Y era hora de mantener una conversación de ese tipo con un futuro compañero, hubiera deseado tenerla antes del incidente en Yachi, pero mejor tarde que nunca.
— Oh, pues por suerte nos conocemos de antes — dijo levantando el dedo indice, como si eso fuera una especie de punto a favor, subiendo uno a uno a continuación, mientras miraba sus propias manos. — Supongo que tengo un nivel básico en casi todos los apartados... Puedo utilizar el elemento fuego... Pero si tengo que destacar algo supongo que sería el uso de la espada ¡Quiero volverme una espadachín de renombre!
Y eso a él que coño le iba a importar; desde luego se podía leer en cada una de sus facciones y acciones. Un hombre cansado que buscaba una vida simple y tranquila sin duda alguna; y la morena se le había puesto a hablar de sus ambiciones cuando lo único que le pidió fuera que hablara de sus habilidades.