21/04/2020, 10:38
— Ren; lo que te dije no iba a malas. Pero seguro que Hana también se ha dado cuenta. Querer convertirte en una espadachina o samurai, esta bien. Una meta larga te puede ayudar a avanzar mucho, pero debes dejar de tomartelo como un juego; los samurais de este lugar, otros de los que han combatido aquí hoy, entienden el uso de la espada de otra forma; y cada uno de ellos seguramente de forma distinta. Que por fin puedas blandir una espada de acero no te hace automáticamente mejor. Debes dedicarle tiempo y repito de nuevo; tomartelo en serio, no es un juego.
Hana se quedó callada mientras le echaban la reprimenda a Ren. Podría haberla defendido, pero... Por lo que ella había visto... Nanashi tenía algo de razón. Tampoco podía asegurar al cien por cien que Ren no entrenaba nada, pero ella jamás la había visto entrenar. Entonces sintió un pinchazo de culpabilidad. Tal vez podría haber ido a buscarla para entrenar en vez de para pasarselo bien cada vez que estaba con ella. ¡No podía ser su hermana solo para lo bueno! Aunque entonces volvian al tema de qué podían entrenar juntas. Siendo de diferente villa...
Cuando la rubia volvió a poner sus pies en la tierra se encontró con la mirada del samurai clavada en ella.
— Puedes salir ya de observación; si te mareas o algo, no dudes en pedir ayuda No le dejes hacer ninguna idiotez; que esa cabeza hueca suya no dá para más
— Lo intentaré, y lo siento de nuevo, igual la he dejado peor de lo que estaba. — hizo una leve reverencia de disculpa al adulto conforme salía por la puerta.
— ¡O-Oye! ¡Ya esta bien!
En cuanto estuvieron solas se giró a Ren, indecisa.
— Ren, tienes que entrenar. Y sobre todo, ten cuidado en las próximas rondas. He oído que a un participante le han partido la cabeza en dos. ¡Ren! ¡En dos! ¿Quieres que a partir de ahora entrenemos juntas por la mañana? Solo hago algo de entrenamiento físico así que no creo que se nos cuelen secretos de las villas.
Lo más duro seguía siendo ser de villas diferentes. Eso la mantenía en tensión casi siempre, porque aunque ahora no fuese el caso, llegaría el momento en que sabría algo y no podría decirselo.
Hana se quedó callada mientras le echaban la reprimenda a Ren. Podría haberla defendido, pero... Por lo que ella había visto... Nanashi tenía algo de razón. Tampoco podía asegurar al cien por cien que Ren no entrenaba nada, pero ella jamás la había visto entrenar. Entonces sintió un pinchazo de culpabilidad. Tal vez podría haber ido a buscarla para entrenar en vez de para pasarselo bien cada vez que estaba con ella. ¡No podía ser su hermana solo para lo bueno! Aunque entonces volvian al tema de qué podían entrenar juntas. Siendo de diferente villa...
Cuando la rubia volvió a poner sus pies en la tierra se encontró con la mirada del samurai clavada en ella.
— Puedes salir ya de observación; si te mareas o algo, no dudes en pedir ayuda No le dejes hacer ninguna idiotez; que esa cabeza hueca suya no dá para más
— Lo intentaré, y lo siento de nuevo, igual la he dejado peor de lo que estaba. — hizo una leve reverencia de disculpa al adulto conforme salía por la puerta.
— ¡O-Oye! ¡Ya esta bien!
En cuanto estuvieron solas se giró a Ren, indecisa.
— Ren, tienes que entrenar. Y sobre todo, ten cuidado en las próximas rondas. He oído que a un participante le han partido la cabeza en dos. ¡Ren! ¡En dos! ¿Quieres que a partir de ahora entrenemos juntas por la mañana? Solo hago algo de entrenamiento físico así que no creo que se nos cuelen secretos de las villas.
Lo más duro seguía siendo ser de villas diferentes. Eso la mantenía en tensión casi siempre, porque aunque ahora no fuese el caso, llegaría el momento en que sabría algo y no podría decirselo.