26/04/2020, 18:02
— ¿Estás bien? Estás muy roja.
Ren gatearía en la orilla como si de un gato mojado se tratara, mirandola todavía en tensión y cambiando la visión al suelo, ocultando su rostro con sus cabellos oscuros.
— Lo cierto es que hoy hace bastante calor, ¿no te habrás acalorado? ¿Quieres que sigamos un poco más en el agua?
— N-No, e-estoy bien; se me pasará en un momento — o eso deseaba ella, alzó la mmirada de nuevo entonces, solo para ver como esta se la devolvía relamiendose los labios y después dandole esa sonrisa tan carácteristica suya, que mezclaba dulzura y pureza.
— No me juzgues, Ren-neechan. Tenía que hacerlo. — la sonrisa no desapareció solo se volvió un poco más leve — Quiero decir, me ha besado mucha gente, pero quería que tú fueses la primera a la que yo besaba.
El cesped del suelo volvía a ser muy interesante en aquel momento, por lo que ocultó su rojizo rostro volviendo a bajar la cabeza; y ahogando un grito; su corazón latía con fuerza.
«PERO QUE COJONES ME PASA, PORQUE NO PUEDO MIRARLA» aferró con fuerza la hierba, respirando de forma agitada de nuevo, cuando pensaba que por fín se había calmado.
Ren gatearía en la orilla como si de un gato mojado se tratara, mirandola todavía en tensión y cambiando la visión al suelo, ocultando su rostro con sus cabellos oscuros.
— Lo cierto es que hoy hace bastante calor, ¿no te habrás acalorado? ¿Quieres que sigamos un poco más en el agua?
— N-No, e-estoy bien; se me pasará en un momento — o eso deseaba ella, alzó la mmirada de nuevo entonces, solo para ver como esta se la devolvía relamiendose los labios y después dandole esa sonrisa tan carácteristica suya, que mezclaba dulzura y pureza.
— No me juzgues, Ren-neechan. Tenía que hacerlo. — la sonrisa no desapareció solo se volvió un poco más leve — Quiero decir, me ha besado mucha gente, pero quería que tú fueses la primera a la que yo besaba.
El cesped del suelo volvía a ser muy interesante en aquel momento, por lo que ocultó su rojizo rostro volviendo a bajar la cabeza; y ahogando un grito; su corazón latía con fuerza.
«PERO QUE COJONES ME PASA, PORQUE NO PUEDO MIRARLA» aferró con fuerza la hierba, respirando de forma agitada de nuevo, cuando pensaba que por fín se había calmado.