28/04/2020, 17:25
(Última modificación: 30/04/2020, 16:23 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Chiiro corrió, corrió sin mirar atrás llorando desconsoladamente. Más tarde quizás se arrepintiera, pero ahora necesitaba un refugio para huir de todos y de todo. Como lo había hecho Ayame, la chiquilla recorrió todo el Valle de los Dojos, si bien mucho más lenta, si bien a pie. Cruzó el torii de la entrada de Hokutōmori y siguió corriendo, entre los árboles, llorando. No pudo oír los sollozos de Ayame, pero ella se haría oír.
—¡Estoy harta de que la gente se pelee! ¡Estoy harta de estar en medio! ¡Ojalá hubiera podido venir sola! ¡Ahora qué, ahora qué! ¿¡Tanto viaje y tanto tren para esto!? —gritó, y se dejó derrumbar sobre el tronco de un árbol, berreando.
—¡Estoy harta de que la gente se pelee! ¡Estoy harta de estar en medio! ¡Ojalá hubiera podido venir sola! ¡Ahora qué, ahora qué! ¿¡Tanto viaje y tanto tren para esto!? —gritó, y se dejó derrumbar sobre el tronco de un árbol, berreando.