29/04/2020, 22:45
— H-Hana, quiero que te lo vuelvas a quedar —
La tristeza que se veía en el rostro de Ren mientras le ofrecía la horquilla no fue nada comparada a la que sintió Hana en su corazón.
— Ah, oh, claro. Bueno, ya te dije que podías devolvermelo si no te gustaba. No pasa nada, no te preocupes. — como solía hacer, le ofreció una sonrisa amable a pesar de que la tristeza era evidente y la carcomía por dentro.
Era su gran regalo, lo había pedido en esos colores especialmente para darselo a Ren, para que fueran a conjunto la próxima vez que se viesen. No había pensado ni un solo momento en si a ella le iba a gustar. Se dio cuenta de ello al regalarselo, y ahora tenía la confirmación. Y aún así, dolía. Ni sabiendolo se podía librar de la tristeza.
Miró el accesorio y luchó contra sí misma para extender la mano y agarrarlo. No quería, pero si Ren no se lo iba a quedar, no tenía sentido discutir. En cuanto tuvo la horquilla en su posesión, sintió todo lo contrario a cuando obtenía un objeto de su capricho. Se sintió vacía, el primer regalo que había dado por decisión propia y ahí estaba, viendo el rechazo de frente.
La tristeza que se veía en el rostro de Ren mientras le ofrecía la horquilla no fue nada comparada a la que sintió Hana en su corazón.
— Ah, oh, claro. Bueno, ya te dije que podías devolvermelo si no te gustaba. No pasa nada, no te preocupes. — como solía hacer, le ofreció una sonrisa amable a pesar de que la tristeza era evidente y la carcomía por dentro.
Era su gran regalo, lo había pedido en esos colores especialmente para darselo a Ren, para que fueran a conjunto la próxima vez que se viesen. No había pensado ni un solo momento en si a ella le iba a gustar. Se dio cuenta de ello al regalarselo, y ahora tenía la confirmación. Y aún así, dolía. Ni sabiendolo se podía librar de la tristeza.
Miró el accesorio y luchó contra sí misma para extender la mano y agarrarlo. No quería, pero si Ren no se lo iba a quedar, no tenía sentido discutir. En cuanto tuvo la horquilla en su posesión, sintió todo lo contrario a cuando obtenía un objeto de su capricho. Se sintió vacía, el primer regalo que había dado por decisión propia y ahí estaba, viendo el rechazo de frente.