30/04/2020, 14:31
Shukaku no pudo sino ensanchar su sonrisa cuando vio a Kokuō reflejado en el ojo de Ayame. Oh, su hermana. Siempre tan seria. Siempre tan recia. Entonces, Ayame inclinó la cabeza en una delicada reverencia, y él no pudo evitar pensar que aquel sería un momento muy gracioso para cortarle la cabeza. ¡Así, de la nada, de sorpresa! Si es que tenía la posición perfecta, como el reo bajo la guillotina. ¡Solo necesitaba un corte delicado, pero seco, y estaría hecho! ¿Qué cara pondría Daruu al ver el chorro de sangre saliendo a propulsión del cuello de su amada? ¿Qué cara pondría Datsue al verle encharcado en carmesí? Oh, ¡sería tan gracioso verlo! ¡Tan divertido!
—¡JAAAJIAJIAJIAJIÁ! —rió solo de imaginárselo, y dio una palmada, como aplaudiéndola—. Veo que eres tan educada como Kokuō.
Era una lástima, pero mejor no hacerlo. Además, él siempre devolvía los favores. Buenos o malos, los devolvía multiplicado por dos. Así era él. El Gran Shukaku.
—Interesante luna —mencionó cuando ella se reincoporó, intrigado de pronto, tocando con la yema del dedo la luna decreciente que la kunoichi tenía en la frente. Bajó el dedo y…
… Y lo último que vieron de él fue una sonrisa tan enigmática como el reflejo de la luna llena sobre un oasis del desierto en una noche sin luna. Lo último, sí, antes de esfumarse en una nube del color de la arena con un sonoro: ¡pluff!
«¿Shukaku? Shukaku, ¿qué coño hiciste?»
Y eso era todo lo que pensaba contarle a Datsue.
1 AO, enviada a AO-sama.
—¡JAAAJIAJIAJIAJIÁ! —rió solo de imaginárselo, y dio una palmada, como aplaudiéndola—. Veo que eres tan educada como Kokuō.
Era una lástima, pero mejor no hacerlo. Además, él siempre devolvía los favores. Buenos o malos, los devolvía multiplicado por dos. Así era él. El Gran Shukaku.
—Interesante luna —mencionó cuando ella se reincoporó, intrigado de pronto, tocando con la yema del dedo la luna decreciente que la kunoichi tenía en la frente. Bajó el dedo y…
… Y lo último que vieron de él fue una sonrisa tan enigmática como el reflejo de la luna llena sobre un oasis del desierto en una noche sin luna. Lo último, sí, antes de esfumarse en una nube del color de la arena con un sonoro: ¡pluff!
«¿Shukaku? Shukaku, ¿qué coño hiciste?»
«Tú ya lo sabes, Hijo. Le he dado mi regalo».
Y eso era todo lo que pensaba contarle a Datsue.
1 AO, enviada a AO-sama.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado