30/04/2020, 16:06
Y Ayame caminó hacia la boca del lobo. O del tanuki, en este caso. La risa del bijū erizó el cabello de Daruu más todavía, y seguro que quien le hubiese mirado hubiese detectado de inmediato el terror que exhudaba: la mueca, con los bordes de la boca torcidos hacia abajo, el ceño fruncido, las fosas nasales abiertas, la respiración agitada. Shukaku se fijó en la luna de Ayame, y Daruu temió todavía más. Se activó algo distinto en él, y el Hyūga vio a sus piernas levantarse, si bien temblorosas, sin que él quisiera hacerlo. En el fondo sabía que si tenía que defender a Ayame, lo haría ante quien fuese.
Pero el fūinjutsu era un arte tan traicionero como rápido. Eso fue lo que Daruu supuso que el bijū le había hecho. Al fin y al cabo, Kokuō, cuando utilizaba el Bijū Bunshin no Jutsu, utilizaba habilidades de Ayame también. Shukaku tocó la frente de Ayame con la yema del dedo y le dedicó una sonrisa cruel. Luego, desapareció. Sin más.
—¿Qué... qué le ha hecho? ¿¡Qué le ha hecho!? —exigió saber Daruu.
Pero el fūinjutsu era un arte tan traicionero como rápido. Eso fue lo que Daruu supuso que el bijū le había hecho. Al fin y al cabo, Kokuō, cuando utilizaba el Bijū Bunshin no Jutsu, utilizaba habilidades de Ayame también. Shukaku tocó la frente de Ayame con la yema del dedo y le dedicó una sonrisa cruel. Luego, desapareció. Sin más.
—¿Qué... qué le ha hecho? ¿¡Qué le ha hecho!? —exigió saber Daruu.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)